acinamiento, deficiente asistencia médica, contagios de COVID-19 no contabilizados por Gendarmería y constantes aplazamientos en sus procesos judiciales, son algunas de las denuncias que realizaron las presas de la cárcel de San Miguel, en Santiago, durante esta semana.

Nuevamente y mediante registros audiovisuales publicados en redes sociales, las internas recluidas en el penal capitalino han manifestado que éste no cumple con las medidas preventivas  básicas ante la pandemia de coronavirus. Principalmente en torno a la imposibilidad de aplicar distanciamiento social, debido al hacinamiento al interior de las celdas donde entre seis y ocho mujeres deben hacerle frente a la pandemia juntas en un mismo espacio reducido.

Sumado a ello, denunciaron que Gendarmería no les está entregando tratamiento médico adecuado, ni tampoco un aislamiento preventivo a las internas han presentado síntomas de COVID-19. Fiebre, dolores de cabeza, dolor de ojos, pérdida del olfato y gusto, dolor abdominal y vómitos son algunos de los síntomas que han presentado.

Según un reporte entregado por Gendarmería este pasado lunes, los casos positivos de COVID-19 en dicha cárcel serían tres y corresponderían solo a personal de Gendarmería. Pero esta versión ha sido contradicha por familiares de las internas, quienes declararon que «el sábado supieron de dos nuevos casos y no están contabilizados«

En un video enviado a Resumen las presas alertaron que «hubo un caso antes de ayer de una interna en estado de gestación que dio positivo de COVID-19 y ayer otra niña dio positivo. Así como vamos, cuantas más lo tenemos sin saberlo. Esto produjo que el módulo 2 entrara en cuarentena, dándonos 30 minutos por piso para salir al patio antes de la última cuenta, cuando ya es el encierro total«.

Sumado a ello denunciaron extensos aplazamientos que han hecho los tribunales de sus audiencias. Muchas de las presas son imputadas y primerizas, por ende esperan por las audiencias que determinen su futuro judicial y una posible salida del penal. «Les pedimos que nos cambien medidas cautelares, un arresto total en nuestras casas, para esperar el juicio en nuestros hogares. Acá adentro no hay recursos ni para el 10% de la población infectada, si ese fuera el caso», solicitaron las mujeres presas en San Miguel.

Presa por luchar

Una de las presas es una pobladora de El Bosque, que al igual que sus vecinas y vecinos salió a la calle el pasado 18 de mayo, a denunciar el abandono por parte del Estado en una jornada de protesta que visibilizó el hambre en la capital chilena. Ella lleva un mes presa en la cárcel de San Miguel y convive diariamente con personas que presentan todos los síntomas de COVID-19.

En su familia se encuentran desesperados. Su hermana responsabilizó directamente a las gendarmes por los contagios al interior del penal y temen por un brote masivo. «Ellas son las únicas que entran y salen del penal, porque estas niñas están sin visita, solamente encomiendas. No les han entregado nada, ni guantes, ni mascarillas, solo lo que las familias pueden ingresar. Ellas están en súper malas condiciones y muy asustadas, sin ningún implemento de aseo y son más de doscientas en ese módulo».

Santiago 1

Al igual que en gran parte de los penales a nivel nacional, una de las únicas medidas que se han tomado, supuestamente en favor de la salud de las y los presos, ha sido cancelarles sus visitas y reducirlas a encomiendas semanales. Una situación que ha generado desesperación en sus familias.

Las presas de San Miguel no reciben visitas hace ya tres meses. Muchas de ellas son madres y para sus familiares esta situación es angustiosa «Una no tiene comunicación con ellas, no sabemos si les ingresan las cosas que nosotros les llevamos. Yo le he llevado útiles de aseo y tampoco he tenido respuesta de si ingresaron o no. Una vez pude ingresar jabón líquido y cloro, pero depende del humor de ellos lo que uno pueda ingresar, sino te tiran todo para afuera» indica la hermana de una de las presas.

Las presas de San Miguel y sus denuncias previas

A fines de marzo pasado se publicaron una serie de videos, tanto desde dentro como desde afuera de la prisión capitalina, donde las internas de la sección de mujeres denunciaron que a algunas mujeres presas habían sido separadas de sus hijos por Gendarmería.

A esto se sumó un pliego de peticiones levantado por las presas de San Miguel, durante la primera semana de abril. Aquella vez, las mujeres ya estaban solicitando mejores condiciones sanitarias y de aislamiento para las internas con síntomas. Apelaron también a las penas sustitutivas preventivas, para mujeres embarazadas, enfermas crónicas, terminales, entre otras.

Sumado a ello, mencionaron en aquella instancia también a las «mujeres de la tercera edad, que tienen enfermedades base y que en estos momentos no están siendo atendidas, siendo consideradas persona de alto riesgo como las enfermas crónicas y obviamente las mamas con hijos pequeños aquí en el penal».

Considerando la salud de todas las mujeres que cumplen con las condiciones antes expuestas por las presas de San Miguel, es que éstas también han solicitado acelerar los procesos judiciales que las tienen hoy en prisión preventiva, como es el caso de la pobladora de El Bosque.

Ya a mediados de abril, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) había constatado las malas condiciones que sufren las personas privadas de libertad en esta pandemia, calificándola de «una bomba de tiempo».

«Esta crisis no la podemos seguir conteniendo así. El hacinamiento es un tema de política pública de Estado y se tiene que atacar a través de los indultos, de las medidas cautelares de prisión preventiva, y a través de las libertades condicionales. Pero también hay que ver el futuro, pues la sanción penal y las medidas cautelares no es poner a todo el mundo dentro de una cárcel» indicó la fiscal judicial de la Corte Suprema Lya Cabello.

Esta semana, las presas de San Miguel reiteraron las denuncias realizadas ya durante marzo y abril e hicieron hincapié en que «hace mucho tiempo no nos dan audiencias, aplazaron todos los juicios y acá somos mujeres imputadas, solo primerizas. Revisen las causas, porque hay mujeres inocentes en este lugar. Por favor pedimos ser escuchadas, señores magistrados, jueces, fiscales, les pedimos que se pongan la mano en el corazón porque somos seres humanos en peligro de muerte por COVID-19».

Fuente: Resumen

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