En plena crisis sanitaria, las fuentes oficiales de estadísticas nos indican que para Junio el desempleo en Santiago estuvo entorno al 14%, cifra que ya es alarmante, y se debe volver 40 años atrás -hasta la crisis económica de 1980- para observar niveles similares.
Sin embargo, los niveles reales de desempleo son muchos más críticos de lo reportado, en las cifras oficiales las personas que ven congelado su vínculo laboral por la ley de protección de empleo, o personas sin trabajo y que no buscan por las dificultades propias de la cuarentenas, no son consideradas en las cifras oficiales como desempleadas.
Estimaciones más realistas de la tasa de desempleo, más allá de aferrarse a tecnicismos que no representan la realidad de los hogares, muestran que el desempleo está en torno al 35,9% para Santiago, niveles inéditos en toda la historia documentada del mercado laboral.
Estos niveles son sin duda, consecuencia de un modelo económico que históricamente se ha forjado sobre la precarización de las condiciones laborales de los trabajadores, y que además se profundizó con la ley de protección del empleo impulsada por el gobierno y aprobada en la cámara.
La tasa de desempleo y el sub-reporte de la crisis económica
La tasa de desempleo tradicional se calcula como el número de personas desempleadas dividido por la fuerza laboral. Es decir, si la tasa de desempleo es un 10%, implica que por cada 10 personas de la fuerza laboral, hay 1 persona desempleada.
La fuerza laboral no es toda la población de Chile, más bien está compuesta por:
- Personas con empleo.
- Personas sin empleo, pero que están activamente buscando trabajo (desempleados).
Las tasas oficiales no consideran como desempleados a las personas bajo la Ley de Protección del Empleo (800 mil trabajadores a nivel país que NO reciben remuneraciones de su empleador), puesto a éstas no se les ha terminado la relación contractual y son consideradas como personas empleadas pero inactivas temporalmente.
De la misma forma, tampoco son considerados aquellos que quedaron desempleados y no se encuentran buscando trabajo por impedimento de la cuarentena, estas personas las consideran como inactivas puesto que no forman parte de la fuerza de trabajo.
Desde lo anterior, existe un sub-reporte de la verdadera tasa de desempleo, los tecnicismos del cálculo de la tasa ocultan la devastadora realidad laboral de la clase trabajadora de Chile.
La ley de protección del empleo, los desempleados ocultos
La Ley de Protección del Empleo (LPE), fue una de las leyes aprobadas por el parlamento, que formaba parte de la agenda laboral del gobierno para enfrentar la crisis sanitaria. La ley otorga la potestad a los empleadores para paralizar la relación contractual con sus empleados, reduciendo sus jornadas laborales y sus salarios a 0. Sin embargo éstos no son despedidos, y con ello deja abierta la posibilidad de reinserción laboral una vez terminada la pandemia. Además, se les permite a los trabajadores acceder a sus Fondos de Seguro de Cesantía. En la práctica, la LPE ha conseguido que las empresas traspasen todo el costo de la crisis sanitaria a los trabajadores y a sus fondos del Seguro de Cesantía.
El número de trabajadores que fueron sometidos a esta ley por decisión de su empleador alcanzó alrededor de 800 mil personas y más de 100 mil empresas a nivel país. Para tener una idea, en Chile según datos del INE hay 8,7 millones de trabajadores asalariados, es decir, las personas bajo ley de protección del empleo son un 9,2% de todos los trabajadores.
Pese a que la LPE significa congelar el salario que paga el empleador, las personas bajo la ley no se consideran como desempleados, puesto que para las estadísticas oficiales son inactivas temporales, ya que existe la posibilidad de volver a sus puestos de trabajo.
La inactividad por pandemia, desempleados que se cuentan como inactivos
Bajo el contexto de la crisis sanitaria, muchas personas que perdieron sus trabajos no se encuentran buscando un nuevo empleo. Por ejemplo por el temor a la exposición al COVID, la imposibilidad de movilizarse debido a las cuarentenas o porque las industrias en las que se desempeñan se encuentran paralizadas.
Ya que no están buscando trabajo activamente, las estadísticas oficiales no las consideran como desempleados, sino como inactivos. Un error evidente de este enfoque, es que estas personas mas temprano que tarde retoman la búsqueda laboral puesto que se ven limitadas por el contexto sanitario, no porque no tengan la necesidad de trabajar.
Los verdaderos niveles de desempleo
De acuerdo a los datos para Santiago de la Encuesta de Ocupación y Desocupación (EOD) la tasa oficial de desempleo reportada es de 14,1%. Ahora bien, si incluimos los trabajadores paralizados por la LPE y personas que no buscan trabajo por restricciones sanitarias, la tasa de desempleo alcanza un 35,9%, el equivalente a 1,2 millones de personas desempleadas en Santiago. Esta tasa es la más alta de los 60 años de historia documentada por la EOD.
Estas cifras son alarmantes, nos indican que 1 de cada 3 personas hoy en día se encuentra desempleada en Santiago, alcanzando cifras inéditas en la historia del mercado laboral, que sin duda han sido consecuencia directa de un mercado laboral que estructuralmente siempre ha precarizado las condiciones laborales de los trabajadores, y que bajo el actuar del gobierno y parlamento, fueron exacerbadas con la Ley de Protección del Empleo.
El gobierno apunta que la ley era necesaria para proteger a las pequeñas empresas y el empleo, pero la práctica reveló el verdadero objetivo de la ley; ser una herramienta que favorece a las grandes empresas y sus utilidades, por medio de excluirlos de toda responsabilidad contractual ante los trabajadores.
A continuación una breve lista de grandes empresas acogidas a la LPE.
- Empresas La Polar S.A.
- Starbucks Coffee Chile S.A.
- H & M
- Multitiendas Corona S.A.
- Cine Hoyts Spa
- Telepizza Chile S.A.
- Entre otras.