En la jornada del día miércoles, funcionarios de carabineros dispararon contra niños al interior de la residencia Carlos Macera, organismo colaborador del Sename, en Talcahuano. Esto se suma a un largo prontuario de atroces vulneraciones que sufren los niñes, con complicidad e incluso autoría de los gobiernos de turno y la casta política. Estos dejos y vulneraciones, han llevado a la increíble y dolorosa cifra de 1670 niñes fallecidos.
El Sename funciona bajo una red de colaboradores (instituciones privadas) donde el estado paga una subvención por cada joven atendido, mercantilizando sus vidas. Claramente la atención de les niñes y adolescentes es entendida como un negocio, donde los mismos partidos políticos tienen invertido sus capitales. Por otra parte, la realidad de los jóvenes en extrema vulnerabilidad, es propia de un sistema económico y social, que genera condiciones miserables a los sectores populares, donde el 80% de los trabajadores gana menos de 400 mil pesos, y donde el estado solo entrega condiciones de subsistencia en materias tan relevantes como educación y salud.
Les niñes y adolescentes del SENAME viven en situaciones de extrema vulnerabilidad, entre: centros donde son violentados sistemáticamente, redes de pedofilia y muertes que no son contabilizadas ni reportadas, y en instituciones capturada por los partidos políticas y utilizada como caja pagadora de favores políticos a costa de reducir los recursos de los niñes, por mencionar solo algunas.
La situación en los centros es extrema en sí misma: según un informe de la PDI del 2017, en más del 88% de los centros de SENAME se han reportado algún tipo de abusos y en 50% de los centros estos abusos son de carácter sexual, siendo en la mayor cantidad de ocasiones los mismos cuidadores los agresores. Entre los 6.500 niñes y adolescentes, se han reportado 2.071 casos de vulneración, entre ellos 127 casos de abusos sexuales cometidos por adultos.
Además se han descubierto redes de pedofilia en las que operan los centros de colaboradores, donde niñes son literalmente prostituidos a cambio de “aportes” económicos a los recintos, tan atroz como suena, algunas casas de acogidas funcionan como centros de prostitución de los niñes. Esto sumado al sin número de casos reportados, en que se ha descubierto adultos pagar por “favores sexuales”.
Las vulneraciones llegan a un nivel incluso más complejo, se han descubierto irregularidades en el reporte de niñes y adolescentes muertos, al año 2018 de 878 decesos, 278 nunca fueron denunciados, nadie se enteraba de las muertes de les niñes, simplemente desaparecían. Esto último incluso dio espacio a las comisiones investigadoras para pensar en posible tráfico de órganos.
Y como si no fuera poco, la institucionalidad de Sename es utilizada como cuoteo político y malversación de fondos, donde los mismos trabajadores han acusado desviación de recursos por parte de los partidos políticos para pagar asesorías con sueldos millonarios, esto en desmedro de la contratación de funcionarios de calidad. Y muy lejos de especulaciones, el Sename incluso ha sido clasificado por los mismos diputados como una caja pagadora de deudas políticas.
Los hechos ocurridos el pasado miércoles son atroces, y lamentablemente están lejos de ser situaciones aislados, les niñes y adolescentes del Sename son violentados sistemáticamente, y los gobiernos de turno y la casta política han sido actores protagonistas de estas vulneraciones.