Un grupo de senadores presentó un un proyecto de ley que permite a Trump imponer sanciones si Pekín no proporciona un informe completo sobre el brote de covid-19.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha criticado el proyecto de ley de EE.UU. sobre sanciones contra China por su supuesta negativa a cooperar en las investigaciones sobre los orígenes del coronavirus.
Anteriormente, el senador estadounidense Lindsay Graham anunció que había presentado un proyecto de ley que permite al presidente Donald Trump imponer sanciones si Pekín no proporciona un informe completo sobre el brote de covid-19. La legislación fue apoyada por otros ocho senadores republicanos.
Roger Wicker, uno de los promotores de la iniciativa, explicó que «esta legislación autorizaría al presidente a tomar medidas apropiadas contra el Gobierno chino para garantizar que no se produzcan brotes similares en el futuro».
«El proyecto de ley presentado por algunos senadores estadounidenses descuida absolutamente los hechos. Quieren comenzar una investigación con la presunción de culpabilidad para echar toda la responsabilidad a China por no luchar contra la epidemia. Esto es imposible. Expresamos una fuerte protesta», ha aseverado el representante de la Cancillería china, Zhao Lijian, en una rueda de prensa.
Además, Zhao instó a la Administración Trump a centrarse en proteger la seguridad de sus propios ciudadanos y contribuir más a la cooperación global para controlar el virus.
China responde a 24 «acusaciones absurdas» de EE.UU.
La Cancillería china publicó el pasado sábado un artículo de 30 páginas en el que refuta lo que denomina como 24 «acusaciones absurdas» de algunos políticos importantes estadounidenses sobre la forma en que Pekín manejó el brote del SARS-CoV-2.
Entre otras cosas, desde Pekín mostraron un cronograma que refleja cómo China ha ido proporcionando información a la comunidad internacional de una manera «adecuada, abierta y transparente», pese a que EE.UU. afirma lo contrario. Además, aseguran que el SARS-CoV-2 no debería llamarse «virus chino» o «virus de Wuhan», tal y como sugieren desde la Administración de Trump, ya que la Organización Mundial de la Salud indicó que el nombre de un virus no debe ser específico de un país.