Amnistía Internacional denunció que Carabineros estaría intentando ocultar la participación de un funcionario de alto rango en los disparos que cegaron a Gustavo Gatica. ¿Su nombre? Teniente Claudio Crespo Guzmán. Un funcionario que estaría dado de baja, pero por razones completamente ajenas a su historias de violencia y abuso policial.

Durante esta semana, un nuevo reporte salió a la luz sobre el conocido caso del joven Gustavo Gatica, atacado durante las manifestaciones de 2019. El video, publicado por Amnistía Internacional, habla directamente de un responsable detrás del ataque que dejó ciego al estudiante.

La organización habla de “G-3”. Esta letra y número corresponden a la identificación del funcionario, en base a la denominación aparecida en su casco. De acuerdo a la organización, se trataría de un carabinero de alto rango oculto gracias a la dinámica de protección de Carabineros. Sin embargo, su nombre es más que conocido: Teniente Claudio Crespo Guzmán.

La entidad internacional afirma algo que se sabe hace varios meses sobre Crespo:  la institución estaría intentando ocultar al funcionario, que a pesar de estar a cargo del operativo desarrollado aquel 8 de noviembre, ni siquiera entregó su declaración en la investigación interna que Carabineros entregó a Fiscalía

Al respecto,  Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, señala: “Es todavía más alarmante que Carabineros haya pretendido ocultar la presencia de ‘G-3’ en el escenario donde Gustavo Gatica quedó gravemente lesionado, pues ni siquiera se tomó su declaración en el sumario sobre el caso, a pesar de que era uno de los mandos a cargo del operativo y que disparó 170 cartuchos de 12 balines cada uno ese mismo día”, sostuvo.

Respecto a las inquietudes planteadas por el organismo internacional, la familia de Gustavo Gatica, a través de su hermano, Enrique, manifestó a El Desconcierto que la escasa transparencia por parte de carabineros ha sido la tónica durante la investigación. “No han entregado antecedentes suficientes, ha existido un sumario bastante aberrante donde se plantea que mi hermano había sufrido heridas por parte de los mismos manifestante. Eso fue casi un insulto para la familia. En el fondo esto deja entrever algo bastante llamativo: ¿por qué no se interrogó a este funcionario teniendo un alto cargo en carabineros? Eso ya es algo bastante sospechoso”.

De esta manera, Crespo Guzmán ni ha sido interrogado, ni ha entregado el contenido de la Go Pro que utilizaba al momento del ataque de Gustavo Gatica, ni menos, ha reconocido su presencia en la escena del ataque. No obstante, existe amplia evidencia sobre su responsabilidad en los disparos que dejaron ciego al joven de 22 años.

Cuadro de consumos de Fuerzas Especiales el 8 de noviembre de 2019. La columna 12MM corresponde a munición de escopetas antidisturbios, mientras que 37MM corresponde a la carabina lanza lacrimógenas.

La evidencia

De acuerdo tanto al reporte interno de Carabineros, como la Investigación de Amnistía Internacional, Claudio Crespo Guzmán habría percutado 170 cartuchos de 12 balines (además de 43 con la carabina lanza lacrimógenas) en el operativo montado en el sector de la Plaza de la Dignidad el 8 de noviembre, el día en que Gustavo Gatica fue herido por perdigón en sus dos ojos.

Estos disparos, se destaca en el video publicado por Amnistía, “no son a la parte baja de cuerpo, ni desde una distancia apropiada, “G-3”, dispara de forma indiscriminada a la multitud y no a personas específicas, y contra manifestantes que no suponen un peligro real“.

“Es inaceptable que los mandos de Carabineros toleraran que oficiales de alto rango como ‘G-3’ hicieran uso indebido de su arma de forma repetida. Al no tomar medidas concretas para impedir que este Subprefecto y, por ende, sus subordinados, siguieran operando sin apego a los protocolos internos y a la normativa internacional, los mandos de Carabineros propiciaron uno de los episodios más lamentables de la historia chilena reciente, donde Gustavo Gatica, de apenas 21 años, quedó ciego por disparos de balines de goma y metal mientras participaba en una protesta”, señaló la directora para las Américas de Amnistía Internacional en un comunicado que acompañó esta publicación.

Dentro del sumario administrativo de Carabineros de Chile, en el que se recopiló información relevante del operativo policial de ese día, aparecen los nombres de nueve efectivos que dispararon en el lugar de los hechos 531 balines entre los más de 2.000 efectuados ese día en torno a la Plaza Dignidad. No obstante, ninguno de esos nombres es el del teniente coronel Claudio Crespo Guzmán.

Esto a pesar de que sí aparece el mismo código de dispositivo con el que Claudio Crespo había sido registrado previamente, en múltiples ocasiones y en distintas fechas durante sus intervenciones en Plaza Dignidad: el G-3. 

Según este reporte, G-3 fue el efectivo de Fuerzas Especiales que disparó en mayor cantidad ese día, siendo los que lo siguen en cuanto a munición gastada el coronel Santiago Saldivia y el teniente coronel Andrés Graves, ambos con 125 disparos. A diferencia de Crespo, tanto Saldivia como Graves fueron interrogados para efectos de la investigación judicial.

Por otro lado, aunque en el sumario no se le sindica la autoría a Crespo de los disparos que podrían haber dejado ciego a Gatica, sí se le posiciona ese día en la calle Carabineros de Chile -donde fue herido Gustavo- según la declaración otorgada por el capitán José Ignacio Cárdenas Morgado, autor de 50 disparos esa jornada. Cárdenas aseguró haber recibido instrucciones “de mi Comandante Crespo Guzmán”, quien le ordenó “seguir actuando en el lugar a través de contenciones arremetidas y detenidos”. 

Además, según se aprecia en la carpeta investigativa del caso, la fiscalía solicitó expresamente incautar la tarjeta de memoria de la cámara GoPro que portaba tanto Crespo Guzmán como el personal a su cargo el 8 de noviembre de 2019, además de ordenar la entrega del equipo computacional en el que fueron descargadas las imágenes de la tarjeta de memoria del teniente coronel y sus subordinados. 

Si bien se sabe que el funcionario responsable de esta descarga habría sido dado de baja, ni el material de esa cámara ni de la del resto del personal ha sido entregada oficialmente a la investigación.

Esta mañana, el medio Interferencia reveló que el funcionario que habría realizado esta maniobra de ocultamiento, y habría sido dado de baja sería precisamente Crespo Guzmán. No obstante, el teniente sigue sin declarar en la causa judicial, ni tampoco ha entregado el material descargado (ni el de las cámaras) a la investigación del caso.

La razón para darle de baja sería entonces la vulneración de los protocolos para la entrega de los videos de su cámara corporal, y no el largo historial de violencia y abuso policial del funcionario desde hace casi 10 años.

Foto: Daniel Labbé

El prontuario de Crespo Guzmán

Tal y como se supo tras la publicación del reporte de Interferencia, este no sería el primer acto de abuso policial en el que estaría involucrado Crespo Guzmán. 

Mientras se desempeñaba como capitán en la 7° Comisaría de Fuerzas Especiales de Valparaíso, durante los años 2011-2012 y en el contexto de las movilizaciones estudiantiles, Crespo fue acusado -entre diferentes incidentes- de golpear a un niño de nueve años durante el partido de Santiago Wanderers con Ñublense

Aníbal Vivaceta, quien participó en esos años en las movilizaciones, tanto en su calidad de integrante del medio de fotoperiodismo Huella Digital, como en la de profesional de la salud colaborador de organizaciones de Derechos Humanos que se ocupaban de monitorear y asistir a las víctimas de la represión recuerda perfectamente  al funcionario: “Crespo torturaba sistemáticamente menores de edad en su zorrillo. Lo digo habiendo atendido como médico a muchas de sus víctimas a través de la Comisión Ética Contra la Tortura”, señaló al medio El Ciudadano en 2018.

Años más tarde, Crespo volvió a ser parte de un grave ataque. En 29 de marzo de 2018, día del joven combatiente, el entonces mayor Claudio Crespo Guzmán disparó a menos de cinco metros su escopeta antidisturbios contra un manifestante desarmado, impactando de lleno su rostro y provocándole lesiones gravísimas.

¿Qué pasó tras este ataque? Durante el año 2018 y en un lapso de tres meses, el oficial y miembro de Fuerzas Especiales de Carabineros, Claudio Fernando Crespo Guzmán, fue victimario y víctima, en ese orden.

En junio de 2018, durante manifestaciones afuera de La Moneda, Crespo recibió una pedrada que lo dejó en el suelo, en medio de una manifestación en favor de la liberación del machi Celestino Córdova.

Tras el ataque, Crespo no sólo fue defendido por la entonces intendenta Karla Rubilar, sino que además contó con el apoyo directo de la Subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell.

Como resultado, durante el 2019, ascendió de mayor a teniente coronel, año en que volvió a figurar en videos difundidos por redes sociales, especialmente, luego que pasara a ser responsable del accionar de varios piquetes de Fuerzas Especiales en Santiago y protagonista de varias denuncias en línea.

En un registro tomado por el colectivo Frente Fotográfico el 23 de octubre del año pasado, Crespo aparece apuntando su escopeta antimotines al cuerpo de un voluntario de la 8° Compañía de Bomberos, quien mantenía sus manos en alto a pasos de un incendio que se desarrollaba en las cercanías de Plaza Dignidad. 

Un par de días más tarde, el 28 de octubre de 2019, en plenas manifestaciones, Claudio Crespo volvió a aparecer violentamente en escena durante un video grabado por una reportera del medio Piensa Prensa

A los 28 segundos del video, Crespo mira a la cámara, baja el visor de su casco y le da instrucciones a otro funcionario, quien da media vuelta y comienza a caminar hacia la reportera. Una vez en frente, el carabinero ordena apagar la cámara, empujando a la periodista, y le comanda mostrar su cédula de identidad.  

Hasta ese minuto, y según varios testigos, Crespo utilizada armas no letales dentro de las encerronas en Plaza Dignidad. No obstante, en algún punto de noviembre, el teniente coronel dejó de ser uno de los policías a cargo de los disparos, sin que se sepa la razón para tal decisión policial, pasando a cumplir una labor más relacionada a dar órdenes e indicaciones a los piquetes.

Hoy, casi llegando a la mitad de 2020, aún no se saben diferentes puntos sobre este caso. Por ejemplo, por qué Crespo dejó de estar a cargo de los disparos en Plaza Dignidad, si gracias al encubrimiento de Carabineros, no ha sido parte de ningún caso polémico.

A pesar de todas las pruebas que han entregado las diferentes investigaciones del caso, incluyendo el reportaje de Interferencia y el documento de Amnistía Internacional, Crespo se mantiene con impunidad absoluta. Incluso, cuando se le ha asociado a otros casos emblemáticos de la revuelta popular. Aún no hay rastros de la grabación de su cámara Go Pro, ni menos aún, una declaración de su institución que admita su presencia en Plaza Dignidad el día en que dejaron ciego a Gustavo Gatica. Sin embargo, su nombre y su culpabilidad están más que claras para todos nosotros. Solo falta que también lo estén para la justicia chilena.

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