Europa, Oceanía y Asia salieron de su etapa más peligrosa de contagios, por lo que diferentes países adoptaron medidas de desconfinamiento, lo que provocó peligrosas olas de rebrote y obligó a redefinir las medidas restrictivas para proteger a la población ante un virus que está muy lejos de emprender su retirada.
Luego del surgimiento de la pandemia del COVID-19, que con rudeza ha atacando a Asia y Europa en primer lugar, la llegada del verano ayudó a bajar los índices de contagios y mortalidad, permitiendo a algunos países implementar medidas de desconfinamiento.
Esto provocó que se vieran imágenes de atochamientos en playas, bares y restaurantes, además de escenas de libre circulación de personas en las calles, facilitando así el surgimiento de peligrosos rebrotes de una enfermedad que aún no tiene una vacuna que ayude a combatirla.
En el continente oceánico, donde se vieron las medidas más extremas y que ayudaron a que los números no fueran tan altos, ya se vivió algo parecido.
Melbourne, la segunda ciudad más poblada de Australia con alrededor de cinco millones de habitantes, se someterá a partir de la medianoche de este miércoles a un confinamiento de seis semanas tras un rebote de la COVID-19, con el fin de controlar esta nueva expansión del virus.
Este rebrote, que comenzó a agravarse hace dos semanas y que ya sobrepasa los 1.000 casos, es atribuido al incumplimiento de las medidas de restricción. Por eso, la cuarentena será más estricta que la anterior y los habitantes no podrán viajar a sus segundas residencias, entre otras prohibiciones.
Reino Unido es otro país atacado por un recrudecimiento de los contagios. Hace algunas semanas se vieron escenas de playas abarrotadas de gente y filas para ingresar a bares y restaurantes. Este martes, las autoridades informaron de 155 fallecidos, triplicando las que se informaron en jornadas anteriores, por lo que ya se analiza la prohibición de asistencia a lugares donde se reúne gran cantidad de personas.
Por su parte, en España, que fue uno de los países más azotados por la pandemia, comenzó la etapa del regreso del encierro obligatorio de la población en las regiones de Cataluña y Galicia, donde los índices de contagios tuvieron una alarmante alza tras el esperado desconfinamiento.
Desde este martes, 70.000 personas no pueden entrar ni salir de la zona gallega, y otras 210.000 se encuentran en la misma situación en la ciudad catalana de Lérida, contando con menos permisos que antes para poder salir de sus respectivos domicilios.
Las autoridades sanitarias españolas confirmaron además que la población del país no tiene inmunidad de grupo frente a la pandemia, al divulgar los resultados de la tercera y última fase del estudio de seroprevalencia realizado por el Ministerio de Sanidad. Solo un 5,2 % de los españoles se contagió del coronavirus, según ese estudio, cifra similar a la de las dos fases anteriores, según informó Agencia EFE.
Un caso parecido es lo que sucede en Israel. El gobierno de ese país endureció este lunes aún más las restricciones por el rebrote y ordenó el cierre de bares, gimnasios, piscinas, discoteques y salas de eventos culturales ante el preocupante incremento de contagios.
“Si no actuamos ahora, tendremos cientos o quizás en torno a mil casos graves en las próximas semanas, lo que paralizará nuestro sistema sanitario”, alertó el primer ministro, Benjamín Netanyahu.
En América, Estados Unidos no se escapa a este escenario. Las cifras diarias se han disparado en el último mes, a raíz del rebrote de contagios en estados del sur y del oeste como Florida, Texas, California, Arizona, Georgia y ambas Carolinas.
En cuanto a casos positivos de coronavirus, California es el segundo estado después de Nueva York, con 254.408. Florida, con 200.111 contagiados, y Texas, con 194.932, se sitúan en tercer y cuarto puesto en las estadísticas de test confirmados, en momentos en que esos estados experimentan un repunte de la propagación del virus.
Fuente: El Desconcierto