Los investigadores presentaron un informe firmado por 76 científicos de universidades y centros de investigación de todo el país, en el que se rechaza la decisión de CONAF que permitía el cambio de uso de suelo para fines agrícolas a partir de la eliminación del bosque nativo, práctica que es apoyada en tribunales por la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA).
Once científicos de diversos centros de investigación y universidades se hicieron parte del Recurso de Protección con el propósito de apoyar el dictamen de Contraloría que declara ilegal el denominado “Plan de Manejo para la Sustitución de Bosque Nativo por Plantaciones Agrícolas”, aprobado por CONAF.
La acción de los profesionales, que son representados por ONG FIMA, se da en el marco del rechazo al Recurso presentado por la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), que busca dejar sin efecto el dictamen de Contraloría del 16 de marzo de este año, donde se declara ilegal la práctica de sustitución del bosque nativo y formaciones xerofíticas por plantaciones de monocultivos agrícolas. Por su parte, la Corte de Apelaciones de Santiago, fijó audiencia para este viernes 17 de julio.
“Nos encontramos en una situación de emergencia climática y de pérdida de biodiversidad a nivel global sin precedentes en la historia de la humanidad. La deforestación de ecosistemas nativos y reemplazo por cultivos agrícolas es una de las principales causas de estas dos catástrofes ambientales planetarias, tal como lo han indicado los principales organismos técnicos a nivel global”, explica Ariel Muñoz, profesor del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), quien agrega que “por este motivo, apoyamos la decisión de Contraloría y queremos aportar con nuestra experiencia como investigadores para ayudar a entender mejor la situación”.
Así también, el Director Ejecutivo de ONG FIMA, Ezio Costa, explicó que “creemos que el recurso de protección de la SNA no puede prosperar, pues implica seguir poniendo el interés individual, de expansión de negocios de la industria agrícola, por sobre una urgencia colectiva como es la protección del bosque nativo y especialmente el bosque esclerófilo de la zona central. Detrás de esto hay una visión anquilosada de la propiedad que es temerosa del bien común y que no tiene sentido en la sociedad actual”.
Rechazo de la comunidad científica
Junto con hacerse parte del Recurso de Protección, los investigadores presentaron un informe patrocinado por 76 científicos, provenientes de 15 universidades y centros de investigación de todo el país, titulado “Fundamentos Científicos acerca del Impacto Ambiental del Otorgamiento de Planes de Manejo de Corta de Vegetación Nativa para la Recuperación de Terrenos con Fines Agrícolas”, mediante el cual entregan argumentos a la Corte de Apelaciones de Santiago sobre los efectos perjudiciales en la eliminación de los ecosistemas nativos y el cambio de uso de suelo para fines agrícolas.
En el informe, las y los científicos argumentan que estas prácticas tienen efecto negativo sobre el aprovechamiento sustentable de los recursos forestales, el resguardo de la calidad de las aguas y la mantención de los suelos.
“Los bosques nativos de Chile cumplen roles claves en biodiversidad, provisión y regulación de agua, captura y secuestro de carbono, y en la calidad de nuestros suelos. La seguridad alimentaria debe alcanzarse sin comprometer la salud de estos ecosistemas naturales”, Señala Camila Álvarez, Investigadora del CR2 y del Núcleo en Soluciones de Base Natural PUCV.
En el documento se ahonda particularmente en el rol que juegan los ecosistemas dominados por Acacia caven (conocido popularmente como Espino), y el bosque esclerófilo en general y las formaciones xerofíticas nativas de Chile en la conservación de la biodiversidad, la regulación del régimen hídrico, el control de la erosión y la conservación del suelo, y en la captura de carbono, entre otros aspectos que dan valor social y ecológico a estos ecosistemas.
Según Alvaro Gutierrez, profesor de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, “Existe una errada concepción en Chile de que toda formación vegetal dominada por árboles es un bosque. Sin embargo, los bosques son ecosistemas naturales que son resultado de una historia evolutiva conjunta de las especies que forman parte de ellos, y que se relacionan de manera compleja entre ellos y el medioambiente. No podemos seguir malentendiendo que los monocultivos agrícolas (y forestales) sean bosques. Tampoco podemos seguir aceptando que se sustituyan bosques por monocultivos. Esto es aun más relevante en ecosistemas con alto grado de degradación y únicos en el mundo, como son los bosques nativos de la zona central de Chile”.
En el informe, los científicos y científicas señalan “En su recurso de Protección la SNA presenta supuestos beneficios ambientales de la eliminación de los ecosistemas vegetales nativos y su cambio de uso de suelo para fines agrícolas, los cuales desde nuestra perspectiva no tienen asidero alguno en base a la evidencia científica disponible. Justamente estas acciones de cambios de uso de suelo, tienen un efecto significativo y negativo sobre el aprovechamiento sustentable de los recursos forestales, el resguardo de la calidad de las aguas y el cuidado y mantención de los suelos, los cuales se encuentran contenidos en el espíritu de la legislación ambiental de nuestro país”.
Así mismo, apuntan a los efectos que ha conllevado el reemplazo de la vegetación nativa en Chile central para dar paso a la expansión agrícola, situación que genera una contradicción entre antiguos decretos que norman la actividad forestal (DL 701) y la mucho más reciente Ley de Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal. La eliminación y reemplazo del bosque nativo, hoy en día son contrarias en la lucha contra el cambio climático y los tratados internacionales suscritos por nuestro país frente a la necesidad urgente de proteger estos ecosistemas para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Chile.
Puede consultar el Informe científico en este enlace
Fuente: El Desconcierto