Por Sandra Villanueva para Capucha Informativa

Alejandra Matus, destacada periodista chilena. Perseguida durante democracia por publicar “El libro Negro de la Justicia Chilena” (1999). Actualmente, desde su residencia en Estados Unidos y en plena pandemia, denunció las graves discrepencias entre las cifras de muertes informadas por el Minsal y los fallecimientos efectivos consignados por el registro civil a causa de problemas respiratorios. 

En resumen, su trabajo consistió en hacerse las preguntas que todo periodista debería hacerse. Cuestionó la veracidad de la información oficial entregada por el Minsal y se puso a investigar lo que ningún otro medio comunicacional se propuso indagar. Realizó solicitudes de información que cualquier chileno a pie podría hacer, pero que a nadie se le ocurría hasta ese momento.  Envió mails, conversó con personas claves, preguntó en la funerarias sobre la cantidad de personas fallecidas, consultó en los cementerios sobre el aumento de sepelios, indagó en casos específicos de familias chilenas que tenían algún fallecido por Covid no contabilizado, comparó las cifras de muertes informadas por el registro civil; y logró rebatir lo que parecía ser la información real de contagios y muertes por Covid19 en Chile. Teniendo como respuesta la suspicacia de los grupos de poder y el ninguneo y refutación de los aludidos en la tergiversación de los números. 

Sin embargo, solo unos días después de publicada, a través de twitter su  investigación, sumado al reportaje de Nicolás Sepúlveda en CIPER, se tradujo en el gatillante para provocar (o al menos apurar) la salida de Jaime Mañalich del Ministerio de Salud. 

Claramente Alejandra Matus representa un estandarte del buen periodismo chileno, pero no es solamente eso. Alejandra logra inspirar a las nuevas generaciones valores claves para desarrollar investigación de calidad, a través de la consecuencia, legitimidad y rigurosidad de su trabajo y su discurso. Todo ello, sin necesidad de recurrir a ninguna vieja herramienta para validar su investigación. A cara lavada y sin rendirle culto a ningún partido político, ni medio de comunicación masivo, es capaz de abordar todos los temas actuales con un posicionamiento social que impresiona por su elocuencia. 

Seguro que imperfecciones debe tener, pero hasta ahora en su rol periodístico y político-social es la mujer (junto a Izkia Siches, Pamela Jiles, Mónica González, Patricia Muñoz) que ha cumplido un rol fundamental en desmantelar las estructuras de poder que impiden obstinadamente a la clase trabajadora, mujeres y niñas/os/es tengan un acceso efectivo y decente a la información y una vida digna que no requiera elegir entre morir de hambre o morir por Covid. 

Sandra Villanueva, Profesora de lenguaje y literatura. Magíster en ciencias sociales. Actualmente es Candidata a doctora en ciencias sociales en estudios territoriales en el Centro de Estudios Regionales y Políticas Públicas CEDER de la Universidad de Los Lagos.

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