Por Jaime Yovanovic (Profesor J)
Querida Izkia
Te escribo con cariño, pues todo indica que estás jugando limpio en el lío fenomenal que te has metido encabezando el gremio médico, tradicionalmente machista y patriarcal, en esta época de pandemia, cuarentena y crisis ambiental por la destrucción de la naturaleza y la vida. Como si eso fuera poco, te han metido en el baile electoral que en vez de orquesta tiene un gobierno que no puede organizar un ministerio de salud salvo recurriendo a la cabeza de tus adversarios políticos dentro del propio Colegio Médico, pudiendo haber colocado allí una gran cantidad de profesionales de reconocida sapiencia, por lo que ha quedado claro para la población que la elección del actual ministro de Salud obedece más a la necesidad estatal de subordinar a los médicos para que sus acciones de salud aparezcan como gestión benefactora, populista y clientelar del estado.
Sabido es por todos que los últimos años han sido de notable destrucción de la naturaleza y su uso exacerbado hasta la destrucción de alimentos que se nos venden en la red mercantil con la etiqueta de “modificados”, así como de aumento del hambre y miseria de los pueblos, lo que llevó a una época de grandes y masivas explosiones sociales simultáneamente con la necesidad de pasar de la fase neoliberal a otra fase superior de los estados y de la economía. Algo así como que el golpe militar en Chile no puede ser explicado con la victoria electoral y gobierno de Allende, sino por la necesidad del capital de acabar con la fase del estado de bienestar desarrollista y ascender a la fase neoliberal que hoy está terminando para abrir paso a otra economía de ultra-concentración, tecnificación y uberización que requiere una población más disciplinada y sumisa para tragarse la crisis del cambio que viene y se anuncia con el cierre de empresas pequeñas y medianas que aumentarán enormemente el desempleo popular junto a la crisis de los trabajos temporales, pololos, servicios personales diversos y ventas callejeras.
O sea que no te ha tocado estar en medio de una pugna electoral izquierda-derecha, sino en un cambio de modelo de economía, sobrevivencia y aparato de estado.
Muchos se aferrarán al poder que entrega y mantiene el estado, que feliz abrirá sus puertas y sus alas como gallina que cuida a los polluelos, que debe apoyar con todo los cambios de los modos empresariales que le darán fondos para sus tareas clientelares y para eso necesita que aceptes la mano del ministro para construir juntos el servicio de salud, hacerlo aún más imprescindible y subordinar más a la población a la cohesión estatal.
No te podrás negar, pues la salud hoy día es prioritaria y estás obligada a aceptar que te traten como candidata desde Cadem y prensa funcional al estado, porque el gobierno sabe que con eso manipula al electorado de ese color y al final izquierda y derecha unidos jamás serán vencidos.
Ya Iván Illich nos advertía en su libro “Némesis Médica” que el ministerio de salud no tiene como objetivo la salud de la población, sino la cohesión estatal, esto es la subordinación disciplinaria de la gente tras el mandato del poder. Por otra parte todos sabemos de la medicalización de la salud y de la mercantilización de la medicina, donde los médicos son bombardeados por las empresas químico-farmacéuticas que por su vez se han fusionado con las empresas de alimentos transgénicos y los fertilizantes que son los causantes de la ola de alergias que aumenta vertiginosamente entre los niños a nivel mundial. La fusión de estas empresas muestra la tendencia no sólo del control económico-lucrativo del tema, sino el control por parte de la ciencia y aprobado y apoyado por los médicos que recetan las vacunas y remedios a destajo recibiendo jugosos beneficios junto a la enorme cantidad de empresas que ofrecen soluciones tecnológicas a cambio de utilizar sus productos para trasplantes, implantes y similares.
Eso muestra que la ética médica y el juramente hipocrático son pasados a llevar por el poder y el dinero.
La salida de esa intríngulis no está ni en la ciencia ni en el estado, sino en la vida, que al decir de Maturana y Varela es autopoiética, que quiere decir que se produce y reproduce a sí misma, que en nuestro caso sería el cambio civilizatorio, algo muy difícil en especial para quienes han hecho del estado y del mercado su forma de entender y vivir la vida, por lo tanto no se trata de un programa o estrategia, sino de secuencias con punto de partida y como somos racionales y nos estamos comunicando, el punto de partida debe ser el ser humano, no el estado, ni la ciencia.
El ser humano es gregario y el patriarcado nos ha hecho vivir separados desde que atrapó a la mujer destinándola sólo a parir el hijo del patriarca y cuidar el fuego del lar, el hogar. Eso nos lleva a superar primero esa condición y avanzar desde allí, lo que puede lograrse progresiva mente democratizando las reglas del juego en casa y distribuir entre todos las tareas domésticas para así pasar a abrir los corazones hacia y desde los vecinos para construir con ellos ese sujeto comunitario que puede aprender a administrar el barrio desde la autogestión generalizada.
Los médicos y funcionarios de salud pueden en ese contexto incorporarse a las tareas del barrio y no ser solamente ganchos estatales o comerciales para atraer el cliente hacia el hospital, farmacia, consultorio o gabinete privado. Así durante un tiemplo que nadie puede conocer, estaremos coexistiendo entre un estado centralizado y excluyente (con partidos de derecha y de izquierda disputando el poder por las elecciones o por la fuerza) con una economía también centralizada y excluyente, y por el otro lado un pueblo que pasó de la explosión social a la conformación de asambleas por barrio y población hasta hoy dedicados a la administración de barrio y avanzar hacia los municipios autónomos que puedan federarse horizontalmente con las formas de vida de los pueblos originarios.
Vaya usted o no vaya de candidata, esa será la realidad donde intentará nadar y puedo asegurarle que los de abajo no se van a subordinar a lo que pueda ofrecer algún candidato aunque más de uno va a agarrar papa e intentar volver o hacer una normalidad que ya se ha ido.
Buena suerte a usted, a los médicos y a los trabajadores de la salud, que hoy están en la primera línea contra la pandemia y que por ser honestos resultan ser instrumentalizados por el estado y el dinero. Ya nos encontraremos en la autoorganización popular y en la administración de los barrios y poblaciones por parte de los vecinos.
Fuente: Clajadep