Por Capucha Informativa
A casi ocho meses de su ataque, y tras la filtración de una serie de videos relacionados a su caso, conversamos con Fabiola Campillai. Una mujer resiliente, víctima emblemática del abuso policial de los primeros meses de la revuelta social. Acá nos cuenta de su ataque, su familia, su impresión ante la filtración de las imágenes, y cómo han sido estos meses de aprender cómo regresar a casa.
Fabiola es una persona alegre, le gusta bailar, le gusta tirar la talla. Anecdóticamente, no era así antes del ataque de carabineros el pasado 26 de noviembre. Ese día, un disparo directo hacia su rostro, no sólo le causó un impacto severo, y una serie de cirugías, sino que, además, perder completamente su vista.
Hoy, a ocho meses de su ataque, Fabiola Campillai nos cuenta cómo ha sido volver a su casa, aprender todo nuevamente, vivir en familia, y por sobre todo, conocer la filtración de imágenes claves dentro de su caso. Videos de los que no tenían conocimiento, y que prueban, una vez más, como carabineros le disparó sin razón alguna, rompiendo todo protocolo, cuando solo iba camino al trabajo.
A mi hija se le juntó todo con el tema de mi accidente. Bueno, los tres lo mismo, los cuatro creo yo, y mi yerno. Todos vivieron el tema del accidente. Mis hijas me vieron mal, en el suelo, cuando yo caí. Mi hermana comenzó a gritar, ellas llegaron y me vieron, porque todavía no me llevaban, porque carabineros no me dio los primeros auxilios ni fueron capaces tampoco de llevarme al hospital. Ellos se fueron.
La gente me llevó al hospital. Mi hermana, unos amigos, mi sobrino y un caballero que prestó su camioneta. Además, una de mis hijas se fue la camioneta llevándome. Ellos vivieron muchas cosas malas. Aparte que después ya vino el estar encerrados, el tema de que nos infectamos con coronavirus, el tema de que Marco (su esposo) estuvo hospitalizado, todo eso a ella le afectó mucho.
Marco: Me he estado recuperando día a día, me voy sintiendo un poco mejor.
Fabiola: Quedó demasiado flaco en el hospital
Marco: Estuve dos semanas casi con puro suero. Estoy pesando ahora como 70 kilos. Me tenía complicado los primeros días. Igual ahora me siento mejor, pero igual no quita que si hablo mucho o camino mucho por acá dentro de la casa, me canse más rápido y todo eso. El bicho teniéndolo uno en la casa, aquí nosotros que vivimos todos juntos, era lógico que lo íbamos a tener todos. A mi me tocó el estómago, estuve en el hospital. Aquí, la familia no, los chiquillos sintieron como pequeños resfríos, gripe, pero nada más. Pero a mi me golpeó duro.
Fabiola: Le atacó todo el sistema digestivo y el tema de los pulmones, porque tuvo neumonía. Igual seguimos cuidándonos, porque no sabemos si esta enfermedad vuelve o no y cuidándonos todos, pero ya todos bien. Gracias a Dios ya pasaron todos los síntomas, pasó todo y ya estamos mejor aquí juntitos.
Yo iba con mi hermana, y te juro que nosotros jamás vimos, ni sentimos que había protesta nunca. De hecho el video que sale ahora muestra que no había protesta, porque ellos dijeron que sí había protesta y nosotros no sentimos ni escuchamos nada. Yo vivo al principio de la población y no escuchamos nada ese día cuando íbamos caminando.
Yo lo único que recuerdo de ese día fue que íbamos caminando y de ahí nada. Creo que cuando me llegó el disparo yo perdí todo. A pesar de que dicen que yo hablaba, yo no recuerdo nada de eso. No recuerdo que haya hablado con nadie, mi vecino me dijo que me decía “Fabi no te duermas” y yo le decía “no, no”, pero de esto no me recuerdo, no me recuerdo nada. Lo único que me recuerdo, es que nosotros íbamos caminando y de ahí nada más, nada más. Ahí tiene que darme llegado el disparo y yo no me acuerdo de nada.
Lo único que sí que tengo noción es que cuando, en un momento me iban echando a la camioneta, yo le decía a mi hermana que me dolía la cara, y mi hermana creo que me dijo “tranquilita, ya va a pasar”. Nada más, es lo único que me acuerdo y de ahí ya no desperté hasta en la UCI de la IST (Instituto de Seguridad del Trabajo), después de una semana. Después de una semana desperté yo.
Primero me llevaron al Hospital Parroquial, ahí me prestaron primeros auxilios, me limpiaron mi cara, me la vendaron, y me mandaron al Barros Luco. No había ambulancia que me trasladara. Llegó la señora alcaldesa de San Bernardo, sin que nosotros la llamáramos, para saber de mí. Ella pudo conseguir una ambulancia, hizo todas las gestiones y ya con eso me pudieron llevar al Barros Luco.
Ahí me estuvieron esperando un montón, dice mi hermana. Me tuvieron en la sala de espera hasta que empecé a convulsionar, empecé a tragar sangre, y ahí recién me pescaron y me trasladaron al IST. Allí hicieron todo lo que faltaba, el maxilofacial fue el primero que me arregló mi cabecita, que tuvo fracturas múltiples, me arregló mi nariz, porque también se quebró, y vi a un oftalmólogo, que es el que trató de salvar mi ojo derecho. Al final no pudo, porque tenía demasiado daño. Él hizo todo lo que que pudo y le dijo a mi familia que jamás había visto semejante daño, y que no se pudo hacer nada.
Yo desperté cuando estaba en la UCI creo que después de una semana, más menos. Ahí todavía no te das cuenta de la magnitud de los daños, hasta después que estaba ahí mismo, pero ya me bañaban, yo ya me levantaba. Tú piensas que a lo mejor no estás viendo, porque no sé, están esperando algo. No piensas lo que pasa.
Cuando desperté no me dijeron nada, nada más que estaba en la UCI, que había pasado más de una semana ya que estaba ahí y de a poquito fuimos asimilando todo, hasta que un día, debe haber sido un par de semanas después, el médico me dijo que tenía que hablar conmigo por el tema de que yo ya no iba a volver a ver.
No hice escándalo, no hubo llanto, ¿por qué? no lo sé. Era tanta la fortaleza de Dios, que lo asimilé rápido y lo primero que dije fue: “bueno, si Dios lo quiso así, ¿qué vamos a hacer?”. Lo único que me conformo es que yo la vida la conocí, conocí a mis hijos, conocí los colores, conocí lo lindo que es la vida y ya lo demás, me lo voy a tener que imaginar no más. No sé por qué reaccioné así, la verdad es que fue muy, no sé, todavía no tengo tiempo de llanto ni nada porque, al contrario, cambié. Ahora soy una persona más feliz porque ando todo el día bailando. Me cambió la actitud, porque yo era enojona. Ahora ando todo el día así, le pego un baile al Marco, no sé si tú viste a la Shirley en “Morandé con Compañía”, le pego una bailadita como la Shirley. Y la talla todo el día, como que andamos todo el día riéndonos. Cambió como al 100%, por ese lado, mi actitud.
El día a día de aprender cosas eso es un poquito más pesado, porque igual de repente quieres hacer algo y no puedes hacerlo, y ya te da un poquito de pena no poder hacer lo que hacías antes. Hasta lo más básico, que te marquen un número de teléfono, tienes que pedir ayuda, a pesar de que tengo un programa de que yo le hablo y me marca, pero no puedo ver mi Facebook, no puedo ver mi WhatsApp, nada de eso, hablar por teléfono no más.
La vida práctica, la vida del día a día, igual te molesta un poco no saber las cosas. Ahora ya me muevo por toda la casa, porque ya como la tienes en tu mente. De hecho, no me cambiaron nada, porque yo les dije que no me cambiaran nada. Uno tiene su casa en su memoria y sabe por dónde caminar. No me cambiaron nada de nada, así que ahí estamos tirando el día a día, tratando aprender cosas nuevas porque esto es aprender de nuevo todo, porque tú tienes que aprender de nuevo hasta caminar. Los primeros días que yo me levantaba como que te vas hacia los lados porque no tienes firmeza tampoco en las piernas, como que pierdes el equilibrio. Al no ver, cambia tu forma de caminar porque ya como que caminas así diferente tocando con los pies el suelo, que no vaya a haber nada, entonces es como empezar de nuevo. Yo nací de nuevo, tengo que aprender todo de nuevo.
Yo creo que el tema del carácter es como una coraza a lo que me está pasando. A lo mejor algún día me va a dar por llorar y me voy a dar cuenta realmente lo que me pasó y lo que estoy viviendo, pero yo creo que es como una coraza mi actitud hacia la vida. El andar con la talla, el andar bailando para no pensar en otras cosas y por eso trato de hacer otras cosas.
También me gusta ayudar a la gente. En el trabajo era de la brigada de incendios, de la brigada de emergencia, y tuvimos varios amagos de incendio. Ahí aprendí harto, también jugaba a la pelota, y acá somos parte del comité de ayuda vecinal. Ayudamos a la gente que necesita dinero para hacerse algún examen, gente que está enferma de cáncer, que necesita cosas. Hacemos bingo, hacemos almuerzo, de repente una colecta, rifa y lo que sea para poder ayudar a la gente.
Hicimos una campaña para juntar dinero para comprar cajitas de mercadería, y logramos repartir 64 cajas. Ahora paramos un poquito por el tema de que ya estaba muy pesada la pandemia, para tratarnos de cuidar, pero al final nos infectamos igual, así que aquí estamos de nuevo. Ahora recién estábamos dando el tema de las onces, se llamaba “un pan para mi vecino” y se daba más de 180 panes diarios, más la leche. Las chiquillas que daban, que se ponían ahí a repartir, se infectaron hace poco menos de una semana. Pero ellas están con todas las ganas igual, están pasando su enfermedad, igual no han estado bien pero hablamos por WhatsApp. Ellas dicen que van a seguir con el pancito y la leche después que pase la enfermedad. Tratamos de conseguir cosas también, hacemos campaña y nos regalan pan o nos mandan dinero y compramos el pan, o nos regalan cosas para el pan, o leche porque el pancito se da con algo para el pan.
Se junta muchísima gente a esperar su pancito, la verdad. Hay una panadería acá que vendía el pan y ahí las chiquillas lo compraban, pero bueno, las vamos a esperar que se recuperen.
Ay, fue tan rico pero a la vez tan raro. Cuando yo estaba en el hospital me tenían un sillón de esos Berger, y dormía ahí todos los días, no en la cama. Cuando me hicieron mi segunda operación, que fue que me abrieron de oreja a oreja, un cintillo, mi cabeza se inflamó tanto que me daba miedo acostarme. Entonces, justo me habían llevado ese sillón y yo me quedaba pero ahí sentadita, con los piecitos arriba, súper bien. Ahí me ponía mi suerito, y ya fue bajando la inflamación, y después nunca más me quise acostar en la cama. Después, cuando llegué a mi casa, me tuve que acostar en mi cama, pero yo me acostaba de lado y parecía que pesara más de 100 kilos, porque el peso en mis costillas me dolía. Era mucho peso, era como raro dormir de lado y acostada, así extendida era raro. Me dolía mucho los brazos, porque al otro día amanecía adolorida, y después, ya me adapté. Ahora ya duermo bien y todo. Pero nada, contenta de llegar a la casa.
Mi hijo corría de aquí, de adelante del living comedor hasta atrás, hasta los dormitorios. Corría para allá, corría para acá. Mis hijas bien, mi marido, pucha, era el que más me extrañaba para que me acostara al ladito de él. Emoción harta al llegar a la casa. Después de estar cinco, casi seis meses hospitalizada, llegar a tu casa es como la gloria. Aquí me regalonean. Marco me baña. O sea, yo me baño sola, pero él me pasa el jabón y el shampoo. Yo soy súper fundida, yo me puedo vestir sola pero hago que él me vista. Cuando estuvo en el hospital lo echaba de menos, porque nadie me bañaba. Mi hija me ayudaba un poquito, pero no era lo mismo, porque yo me meto a la ducha y me baño, pero le bailo. Cuando me seco con la toalla también le bailó, entonces no tenía a quién bailarle cuando estaba en el hospital. Pucha que lo eché de menos, pero ahora ya está conmigo. Ahora, aunque esté más o menos no más, igual me acompaña a bañarme.
Nada, ningún apoyo de ellos. Nada, nada, nada. Nunca supe de ellos, mi familia nunca supo de ellos tampoco. Uno no habla de la parte económica sino que la parte emocional. Apoyar a la familia, llamar por teléfono, ya que a lo mejor no vienen, pero llamar y preguntar. Pero no, nada, nunca.
Marco: Ellos (carabineros) fueron (al hospital) más que nada para ver el daño que habían provocado a mi mujer. Como para verificar, no sé qué intención tendrían. De ver cuánto había sido el daño que habían hecho, pero más que eso, hablar con nosotros, o algo más humano, nada.
Estoy sin medicamentos, esperando una operación que es la de las prótesis. Todavía no tiene fecha. De hecho, tengo fecha para control con el médico a fines de agosto recién, porque tampoco me quieren arriesgar, porque en el IST también hay covid. Entonces, ellos no quieren que yo vaya, me están cuidando, y tengo hora con ellos para fines de agosto, para ir viendo el tema de la operación. Yo creo que con toda la suerte de aquí a fin de año y sino, yo creo que el próximo año
Marco: Si tenemos un grupo de apoyo, ellos nos llaman para saber cómo estamos, nos dan charlas, conversan con nosotros. De hecho, desde el momento en que yo caí al hospital, han estado siempre con Fabiola, han estado apoyando a la familia llamándolos por teléfono, siempre ahí.
A mí me atiende del IST la psicóloga, y aparte, el consultorio envía a mi casa cada cierto tiempo médico, matrona, kinesiólogo, enfermera, para que me vengan a ver acá a la casa, o lo que requiera. Si yo estoy enferma, ellos me vienen a ver acá, para yo no ir al hospital ni tampoco el consultorio. Cualquier cosa ellos vienen para acá.
(Tuve Covid) pero gracias a Dios fui asintomática, porque yo no sentí nada del coronavirus y aceptamos que yo lo tuve, porque duermo con Marco. Él lo tuvo, fue positivo con el examen y yo duermo con él, nos damos besitos, estamos juntos, o sea, era obvio que yo me iba infectar. Pero no sentí nada por lo menos. Pensamos que como yo había estado en el hospital, con tanto medicamento, tanta cosa, a lo mejor iba a ser más o iba a ser peor que yo tuviera coronavirus, pero parece que con todo esos medicamentos, y todo lo que me dieron, y las vitaminas que estaba tomando, parece que más me ayudaron que lo que pensábamos nosotros.
Mira la verdad, la verdad, me da igual, porque hasta el momento no han hecho nada. Si ellos vienen, siento que va hacer por obligación. Obligación porque el caso ahora está saliendo más a la luz. La gente está reclamando porque no está conforme. Yo creo que en algún momento se va a apurar el tema el juicio.
Entonces, yo creo que por eso ellos vendrían, nada más por el tema de la presión y esas cosas, porque si ellos no han aparecido durante todo este tiempo, que podían haber aparecido, haber apoyado, no sé, por último dicho que iba a haber justicia, que opinaran, pero en estos momentos, ya si aparecen o no aparecen yo creo que no es relevante, porque no han hecho nada hasta el momento.
Nosotros no lo habíamos visto, ayer sí los vimos. Igual fue fuerte, porque viendo un video que, la fiscalía creo que lo tenía desde febrero o marzo de este año, que no hayan hecho nada hasta ahora. Yo no sé por qué no lo han hecho. No entiendo, porque la verdad es que el video sale completo. Dijeron que había protesta y el video muestra que no había protesta, si salió la gente a la calle fue después que ellos me dispararon, la gente salió a reclamar porque lo habían hecho en realidad, pero en el momento no había nada. O sea, mi hermana dijo que no había protesta y nosotros jamás nos percatamos que hubiera una. Ellos no, que decían que era una protesta, una protesta, y el video muestra que no había.
Si te das cuenta, después sale cuando disparan una vez y cuando dicen “uh”, y de lejos se escucha la voz que dice “se la pitió”. Después cuando están en el furgón, también, porque se siente que suben y todo, y ahí iban conversando entre dos y dice “se la pitió, ¿verdad?”. Después siguen conversando, y dice “el Matu se pitió a una mujer”, algo así es lo que dice, y hay una expresión de uno de los carabineros, que también como que se lamenta, y según lo que dice la declaración de ellos -porque también salió- y él dice que no, que él jamás se dio cuenta, y cómo no se va a dar cuenta si los compañeros sí se dieron cuenta. O sea, como él no va a saber que le pegó a una mujer, si los compañeros sabían, él se dio cuenta todo el momento.
Yo no entiendo que si la fiscalía tiene el video y ellos también (carabineros), como él sigue en sus labores. ¿Cómo no lo han apartado de sus labores a él y a los que andaban ese día, porque también han obstruido la justicia? Porque todos están mintiendo. Si las declaraciones que están en Facebook, son ciertas de ellos, obstruyeron la justicia desde un principio. Decían quién era el que había dicho que se la pitió, siendo que andaban todos juntos, cómo no van a saber.
No nos cabe en la cabeza. No somos abogados, ni sabemos de leyes, pero cualquier persona que ve ese video, o que lo escucha, porque yo lo escuché, se da cuenta que ellos debieran estar presos. Por lo menos, el señor Maturana debiera estar preso. Ellos dijeron en un momento que no habían visto a nadie caído, y que si hubiese habido caídos ellos hubiesen entregado ayuda, y ellos iban en el furgón y ya sabían que había uno en el suelo. Llenaron de humo para poder retirarse, o sea, ni siquiera llenaron de humo una parte para, por último, sacarme a mí y llevarme al médico, llevarme al hospital, darme los primeros auxilios. Tiraron una bomba de humo para ellos salvarse e irse.
La verdad, es que nosotros como familia pensamos que la filtración solamente pudo salir de carabineros, nada más. Yo pienso que es de ellos, porque no creo que la fiscalía haya filtrado la información. Por un lado, yo pienso que quizás alguno de ellos puede que sienta, no sé, un arrepentimiento por no haber ayudado. No sé, todos tienen madre, todos tienen familia, esposa o hijos, entonces, a lo mejor algunos de ellos siente remordimiento, y que no se haga justicia, y que las personas estén todavía trabajando, o uno mismo de ellos que se sienta arrepentido por no haber podido ayudar, y no haber podido llevarme al hospital. Si mi familia, mi hermana y los vecinos no hubiesen actuado rápido, yo no hubiese estado acá simplemente.
Lo que nunca voy a entender es como un carabinero, que se supone que están para protegernos, para ayudarnos, y para salvarnos -quizás, alguna vez- pueda tener ese pensamiento de intento de homicidio, porque eso no fue un accidente. Ellos creo que pueden disparar a cierta altura, una altura de no sé cuántos metros para arriba. Entonces, para dispararle a una persona y en la cara, ellos son entrenados, están mucho tiempo en la escuela, tienen tiro al blanco, ellos saben, ellos saben donde pegó la bomba, él sabe dónde estaba apuntando.
Por último, si hubiese apuntado al cuerpo a lo mejor la cuestión te hubiese quemado, pero no a la cara. Yo no mido 20 metros para arriba. Son 15 metros para arriba que tienen que disparar, algo así, y ellos dispararon directo a la cara. Además, al medio.
Es con intención. No sé si están enfermos, no lo entiendo, porque él debe tener madre, debe tener esposa y debe tener hijo. Que una persona trate de matar a otra, para mí eso no es de una persona sana. No puedo, no puedo. Uno piensa que carabineros está para defenderte, ayudarte, para un montón de cosas, pero nunca va a matar. Eso es lo que de repente uno se pregunta: ¿qué pasó por la cabeza de él? El intentó matarme, porque dispararte en la cara, él sabe, él sabe qué daño hace esa bomba disparada con la carabina, él tiene que saber. Entonces, si tú sabes el daño que hace, ¿cómo puedes cometer ese error? O sea, si es que fue un error porque no lo creo. ¿Cómo puedes hacerlo? Porque la verdad es que uno jamás se ensuciaría las manos, ni siquiera para dispararte en un pie o en una mano. Uno no entiende lo que pensó.
Yo digo accidente, siempre lo he dicho, pero para que no suene, no sé, porque da rabia decir “me intentaron matar”. Pero yo tengo claro que nunca fue una accidente. Siempre cuando hablo con alguien y le digo de mi accidente, me dicen que no lo fue. Toda la gente piensa lo mismo. Me preguntan por qué lo digo. Yo les digo que es una manera de llamarlo, para que no me salga tan largo decir otra cosa. Es difícil decir que te intentaron matar, y más encima, decir que fue un carabinero, y con la actitud que iba yo a mi trabajo.
O sea tampoco apoyo que le disparan a la gente cuando están protestando, porque también son personas, pero yo ese día iba a mi trabajo. Si no había una protesta, ellos no tenían porque dispararme. ¿Qué les íbamos a hacer dos mujeres solas, sin nada en las manos y caminando? ¿Qué le íbamos a hacer dos mujeres a un piquete de carabineros? Por último acérquense a ti y pregunten a dónde van. Somos dos mujeres que medimos 1.60, no intimidados a nadie. Ellos tampoco pueden decir que se sienten intimidados por ver dos mujeres caminando y qué más encima no saben que uno va a trabajar.
Esa semana yo me iba a una escuela de entrenamiento de bombero, porque nos mandan una vez al año, y esa semana yo trabajaba hasta ese día, era el último día,. El fin de semana tenía la graduación y la fiesta de graduación de mi hija. Estábamos con todo listo y a mí me pasa esto, entonces la rabia está en que ni siquiera te preguntaran “para dónde vas”. Ni siquiera nos dieron ningún motivo para que nosotros nos devolviéramos o algo así po.
Hablar de esto me da rabia, pero en el día a día estoy tranquila. No sé si es porque confío en Dios y sé que se va a hacer justicia, pero estoy tranquila con respecto a eso. Ahora que salió el tema del video, ya unos se empieza a sentir más ansiosa de qué es lo que va a pasar, si esto se va a apurar o no. Sabiendo de tantas cosas por las redes sociales que sube la gente, y las informaciones, y todo lo que se ha filtrado, ya es estoy como más ansiosa de que esto ya comience luego y que también termine luego, que sea corto y que ya todas las pruebas que tengan sean suficientes para que a estos gallos se encarcelen.
Hace poco yo lo veía bien difícil, porque no había nada, estaba como todo estancado. La verdad es que no teníamos fecha, no teníamos nada y ahora estas dos semanas han sido de hartas cosas que andan en Facebook, la gente como que me está apoyando, no sé, porque despertó la gente, y además, ahora la guinda de la torta, el video que se filtró. La gente también me dice “no entiendo cómo ellos todavía están trabajando, están haciendo su vida normal”. Ellos trabajan, hacen su vida normal, salen todos los días a trabajar con sus familias, una vida normal y siendo que mi vida cambió 360° grados, de la noche a la mañana, ya no vuelve a ser igual. Yo tengo que estar todos los días aprendiendo cosas nuevas, teniendo fuerza y viviendo todo lo que pasa, y ellos todavía siguen como si nada, en su vida no hay nada, en su vida sigue siendo todo normal.
En el caso de Gustavo tampoco ha habido mucho avance, por eso que el tema del video ahora da un poquito de esperanza a que esto lo puedan hacer acelerar, ya que están saliendo, se están filtrando cosas. Uno espera que ya con esto el tema de la de la justicia empiece ya a dar fruto, a hacer lo que tengan que hacer, porque como le dije antes, antes de este video no había nada concreto, no avanzaba la investigación, iba súper lenta y ellos siguen trabajando como si nada, como que no pasó nada. Uno no entiende la verdad, no entiende las cosas, no entiende la justicia, no entiende nada.
La comunidad diaguita también son una red de ayuda para mí. De hecho todos los fines de mes me traen ayuda en mercadería, me traen verdura, están siempre pendientes de nosotros. Hicieron sanación a distancia para mí, estuvieron siempre conmigo apoyándome desde lejos porque ellos son todos de diferente valles. La cuna de nosotros, los Campillai, es del Huasco, y ellos siempre estuvieron, me hicieron hicieron un ritual en el hospital. Siempre están pendiente de mí, nos están llamando, ahora que Marco estuvo enfermo también llamaron, también le hicieron sanación a distancia. Siempre están ahí, siempre están pendientes de nosotros.
También tengo que nombrarla, la señora alcaldesa ha sido para mí una red de mucho apoyo, el día que yo estuve en el hospital de San Bernardo necesitábamos una ambulancia, la cual no teníamos, no había y ella llegó así, en un ratito, jamás la llamamos. Ella llegó porque nosotros nos conocíamos de antes, y ella llegó por amistad, llegó allá solita y consiguió una ambulancia y la trajo para que yo pudiera ser trasladada al Barros Luco. Estos meses igual ha estado aquí al lado mío, ya no viene a mi casa por el tema de la pandemia pero sí está pendiente de todo lo que nosotros necesitemos, como médico a la casa, porque ella también fue gestora de que los médicos vinieran a la casa a verme. Siempre está pendiente de que si necesito algo que le diga y todo. Ha sido como un apoyo grande ella también para nosotros.
Las Mamás Capucha, también ella han estado aquí viniendo a ver cómo estamos, nos llaman por teléfono, ayudan acá a la olla común en nombre mío, ayudan al pancito acá para la gente en nombre mío y así, también están conmigo, me traen su apoyo casi todas las semanas. También son una red de apoyo para mí. Más que uno, de repente que ayudas con cosa o ayudas con dinero, lo que a uno le interesa es una ayuda espiritual, una ayuda de un amigo que te de algunas palabras de repente cuando estás mal. Yo creo que son más significativas que traer algo, para mí es que estén contigo, es que pregunten cómo estás.
Ojalá el tema de toda esta entrevista es que mucha gente la va a escuchar. Hay mucha gente que es como yo, no vidente, y a lo mejor le gustaría escuchar algún testimonio para que ellos también tengan la fuerza de salir adelante. A lo mejor no tuvieron un accidente, como lo que me pasó a mí, pero sí de repente hay cosas que te frustras y que te ponen mal y tratar de que esto pueda llegar a ellos también.
El audio de la entrevista completa: