Rhea Dillon explora las particularidades del mantenimiento del cabello afro, complicidad y autocuidado político de nuestra cabellera.
Rhea Dillon es una artista visual del sur de Londres. Su práctica explora el trabajo en cine, fotografía e instalaciones donde a menudo usa su lente para amplificar la oscuridad del archivo de su propio cuerpo y existencia espiritual. Manifestando la fuerza de la diáspora negra, su trabajo artístico tiene una presencia, urgente y reflexiva. Llena el espacio en un mundo que a menudo trata de minimizar, incluso eliminar, las voces negras.(1)
La serie de cortometrajes Define Beauty del sitio Nowness propone nuevas perspectivas para observar la belleza, tanto así que lleva a preguntarnos ¿qué es la belleza hoy en día? En ésta reflexión aparece el video de la directora Rhea Dillon, donde en los primeros minutos con una voz narradora en tono cómplice nos hace entrar al mundo íntimo del cuidado del cabello afro.
En su contribución a la serie, la directora y fotógrafa Rhea Dillon explora lo que significa planificar y manejar el cabello como una persona negra. Si bien la mayoría de los anuncios de cabello representan la facilidad natural del ‘lavado y uso’ del cabello blanco, Dillon concibe un paisaje publicitario donde los peinados no blancos son la norma, al tiempo que explora las formas en que «la corona» sostiene en su cabeza está cargado de política y presiones sociales´´ explica la plataforma.
Hacer el ejercicio de ir a Google y buscar por mujer belleza basta para ver de manera explicita la normativa a seguir que nos impone el patriarcado blanco-supremacista. Es tanto el bombardeo mediático neoliberal de un sólo tipo de cuerpo que predomina, rubio, delgado y ojos azules, que realmente hace que uno se cuestione su propia belleza e incluso nuestro propio valor. Me recuerdo a mí misma de unos 7 años preguntándole a mi madre »mamá, si no soy rubia y de cabello liso, soy bonita?», por suerte en casa siempre se me crío de una manera muy intercultural, apreciando diferentes formas en que se expresa la belleza.
Pero… ¿qué pasa con quienes no tienen ese privilegio de capital cultural? ¿dónde queda el autoestima de corporalidades negras, racializadas por un sistema que discrimina y además te dice que no tienes belleza?. Es mucha la presión, en mi caso por muchos años me sentí como el patito feo porque obviamente me miraba en el espejo y lo que veía no era lo correcto, entonces cortaba mis rizos. Pese a las calmantes respuestas que encontraba en casa, son el mercado, la televisión, las muñecas, los que te dicen todo lo contrario: nunca serás lo suficientemente bellx para encajar. Y así crecemos muches de nosotres, basta con ver las estadísticas de La Rebelión Del Cuerpo, fundación que trabaja con los estereotipos de belleza y sus consecuencias de los medios de comunicación, denunciando así su violencia simbólica.
Así es como muchas veces se produce el endoracismo(2), una forma de autodiscriminación. Endo significa «dentro», «en el interior» y Racismo como sabemos, es la exclusión de una persona debido a su color de piel, por lo tanto el endoracismo sería una forma de auto-exclusión por ser una persona racializada, algo así como una autoflagelación por no cumplir con los requisitos impuestos. Muchas creencias adquiridas como »tengo el pelo malo» o »eso me pasa por ser negrx» contribuyen a esa desvalorización.
Por eso la importancia de la representación en los medios de comunicacon, artes y en todos los espacios. La primera mujer negra que vi en TV fue el personaje de Chica Da Silva de la actriz afrobrasilera Taís Araujo, recuerdo que fue algo revelador en mi niñez. También Mel B de las Spice Girls, me gustaba jugar a ser ella y era hermoso que alguien famosa tuviera mi cabello, posteriormente lo fueron siendo artistas como Erykah Badu con su gran turbante en su primer álbum, el boom fue cuando logramos viajar a mi Cuba querida para conocer a mi familia paterna.Hasta hoy me sigo reconociendo e identificando en corporalidades hermanas y creo profundamente en que: la representación importa.
De esto mismo, años después he podido conversar con amigas y amigues negres, quienes pasamos por etapas parecidas durante nuestro autoreconocimiento afrodiasporico. En esa línea, Define Beauty Process nos presenta una interpelación a esa normativa y nos dispone a la autoreflexión en caminando la autovaloración de nuestras raíces que salen desbordadas por nuestra cabellera afro.
Valorizando frases como »good hair» o »cabello bueno» y mostrando la conexión que heredamos de nuestrxs ancestrxs, porque lo personal,es politico y lo politico, lo hacemos personal. Imágenes de como una mujer mayor trenza »la corona» de una pequeña nos expresan mediante una hermosa fotografía, tonos y temperaturas de color que:»Lavarse y marcharse» nunca fue lo nuestro, esa mierda es nueva.Siempre ha sido lavar, desenredar, acondicionar, humectar, peinar y luego peinar. – y ahora con el agregado ‘mira un millón de tutoriales mientras tu cabello se seca con impaciencia para luego volver, humedecer tu cabello nuevamente y peinarlo como siempre lo haces. Ahora respira. » describe Rhea sobre su trabajo artístico.
Y así es: en el mismo espejo donde antes cortaba con tristeza mis cabellos, hoy me siento para aplicar mis cremas y aceites en mis rulos que amo.
La directora también dice: Por mucho que nos encante el reconocimiento del movimiento Natural Hair en este momento, siento que hay mucho más por desempacar; para ser procesado … Esta es una película que abre la experiencia sensorial del ritual del cabello de una persona negra de principio a fin. Para empujar a la audiencia a experimentar y, por lo tanto, comprender el peso de 5 pequeñas palabras (en inglés), «Sorry, I’m washing my hair…»
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Fuente: Meche Argudin / Negradas