A través de una declaración pública, agrupaciones de mujeres campesinas organizadas de Longaví denuncian lentitud en las investigaciones en un caso de violación ocurrido en 2019 en la comuna. Además, apuntan a la ocurrencia de casos similares en la zona y la sensación de impunidad que hay en estos delitos. A continuación, reproducimos su comunicado público.
¡Basta de impunidad para los violadores, justicia para Isabel!
Han pasado 10 meses desde que Héctor Manuel Araya Rozas violentó física y sexualmente a su ex cuñada, una mujer de 63 años: gestora cultural campesina, independiente, activa, reconocida y muy querida en la comuna de Longaví. Tras la respectiva denuncia luego de ocurrido el hecho, el agresor estuvo en prisión preventiva en la cárcel de Linares, sin embargo, hace un par de meses la medida fue modificada a arresto domiciliario, situación que produce inseguridad y miedo sobre todo porque el hogar del agresor está ubicado a solo casas del hogar de la víctima (comunidad San Luis, Longaví). Se está a la espera se dicte la sentencia, lo cual se posterga cada vez más.
Se tienen antecedentes sobre otros hechos de violencia hacia mujeres efectuado por Héctor Araya Rozas, por ejemplo, la misma noche que fue detenido por violación a su ex cuñada, su esposa actual presentó una denuncia por maltrato físico (respaldos legales en comisaría con constatación de lesiones), denuncia que después fue retirada, tal como tantas otras que han optado por el silencio pensando que es lo más seguro para ellas y sus familias. Asimismo, otra mujer muy joven al conocer el caso relató y dejó constancia legal sobre abusos de parte del mismo hombre cuando ella era niña, sumándose oficialmente a las denuncias contra este agresor.
Desde que ocurrió el hecho las muestras de apoyo y solidaridad se han hecho presente de distintas formas por parte de organizaciones sociales, mujeres campesinas autoorganizadas, instituciones e individualidades. Dentro de las acciones realizadas para exigir justicia se encuentra un mitin organizado en la plaza de Longaví, actividad que congregó a un gran número de mujeres que por primera vez salían a las calles de su comuna para visibilizar las distintas violencias que sufren solo por ser mujeres. También se han llevado a cabo dos jornadas de encuentro de mujeres campesinas en contra de la violencia machista en la comunidad San Luis, Longaví. Además, la denuncia se hizo presente a lo largo de la marcha por el 8 de Marzo en Linares el presente año. Es así que a pesar de la demora y negligencia del sistema judicial, la rabia remece entregando potencia para derribar la injusticia de vivir en un modelo patriarcal, convirtiendo la valentía de denunciar a un violador en un caso ejemplicador y articulador de diversas mujeres rurales.
Lo que nos lleva a reflexionar como las mujeres campesinas, de sectores rurales o sectores recientemente «urbanizados» estamos enfrentando la violencia machista, en un contexto de levantamiento feminista mundial que visibiliza tantas opresiones a las que estamos sometidas. Sin lugar a dudas Isabel Aravena Jorquera acabó con el silencio cómplice que mantenía impune a los agresores machistas en Longaví y con su lucha, que también es nuestra, nos llena de valentía y solidaridad para seguir poniendo voz de alerta frente a casos como estos en la comuna, «las niñas no pueden seguir creciendo bajo la lógica del silencio y culpabilidad frente a las agresiones machistas que también ocurren en los campos», indica Isabel Aravena Jorquera.
Finalmente, se hace un llamado a todas quienes hayan sido víctimas de este agresor a denunciarlo acercándose a organizaciones de mujeres de Linares o Longaví y/o a cualquier institución legal.
Escrito por mujeres campesinas organizadas de Longaví. Región del Maule, 26 de Julio de 2020.
Fuente: Resumen