Este martes, a las 10 de la mañana, se votará en la cámara de diputados el proyecto por el 2do retiro del 10%.
En el contexto de una crisis sanitaria sin precedentes, donde en los periodos más complejos 1 de cada 3 personas se encontraba sin empleo en Santiago, la respuesta del gobierno ha sido sin dudas criminal y negligente.
Según un informe de contraloría, los primeros 4 meses de pandemia, el gobierno desembolsó un gasto total de US$278 millones en el plan de emergencia sanitaria. Para poner en contexto, las utilidades reportadas por las AFPs en el año 2019 fueron de US$649 millones, es decir, la ayuda que realizó el gobierno al comienzo de la pandemia, fue menos de la la mitad de lo que ganan las AFPs en solo un año.
Considerando la desprotección y abandono en el que se encuentran los sectores populares, el segundo retiro del 10% actúa como medida de última instancia para darle un respiro a la clase trabajadora en esta crisis económica y sanitaria, aunque lamentablemente a costa de sus propios ahorros.
No obstante, el gobierno y los sectores más ideológicos de la derecha partidista, siguen manifestándose en contra del retiro y haciendo lo posible para bloquearlo. Han manifestado su “preocupación” por la situación en que quedarán los fondos de pensiones, y la necesidad de restringirlo para que llegue a las personas que “realmente” lo necesitan.
Pero la realidad es otra, y sondeos indican que el 80% de las personas en el grupo socioeconómico más vulnerable destinaron el primer retiro a la compra de insumos de primera necesidad como medicamentos y alimentos. Además, resulta llamativo que la misma clase política que defiende un modelo de pensiones donde el 80% de los jubilados recibe menos que un salario mínimo de pensión, ahora les resulte tremendamente importante los montos de pensión de los sectores populares.
En esta línea, un segundo retiro del 10% representaría un verdadero alivio a la inhumana condición que el mal gobierno ha llevado a los hogares más vulnerables, por medio de su intransigente afán de seguir protegiendo su ideología e intereses económicos.