Capucha Informativa
Militar del Ejército de Chile fue descubierto y posteriormente detenido tras utilizar su uniforme y la insignia de la institución para ayudar a ingresar droga desde Bolivia.
El jefe de la Brianco de Arica, Juan Figueroa, afirmó que para ingresar la droga «se utilizaban pasos o caminos alternativos que son más de uso minero, entonces efectuar una detención en este sitio es complicado». Por lo tanto, el proceso era finalizado por el funcionario del ejército.
«El principal líder de este grupo es un delincuente avezado con distintas condenas por el mismo delito de tráfico de drogas», agregó Figueroa.
El militar ocupaba una palabra clave para poder realizar el traspaso de droga entre Bolivia y Chile, donde “comida” significaba “droga”, según lo que se pudo obtener a través de escuchas telefónicas. El objetivo de utilizar este lenguaje era para que estuviera la cantidad y la variedad deseada de las sustancias ilícitas para después traficarlas. El cabo del Ejército no trabajaba solo, gracias a la investigación se supo que detrás de la llamada había otros tres traficantes.
En la misma línea, el fiscal adjunto de Arica, Bruno Hernández, informó que «una persona que mantenía beneficios extra-penitenciarios se contactó con personas de Calama donde una de ellas era un militar activo, que en su caso, utilizaba su condición para poder acceder a lugares fronterizos en la segunda región, para no ser fiscalizado». Por lo tanto, el papel del cabo era importante a la hora de hacer el traspaso de la mercancía.
La operación se extendió por seis meses, y terminó con la detención de los tres delincuentes y más de 29 kilos de droga, avaluada en casi 150 millones de pesos. Además, el militar en estos momentos se encuentra en prisión preventiva, y en razón a su detención fue dado de baja de la institución a la que pertenecía.