Hace exactamente 1 año, la clase política chilena, a punto de ahogarse en sus propias lágrimas, se cuadró y logró sacar adelante un «acuerdo POR LA PAZ y por la nueva Constitución».
Este acuerdo terminó por darle 1 año más de gobierno a Piñera y a los políticos en general, ya que, de no haber resultado, todos ellos habrían terminado linchados en plazas públicas, debido a la rabia del pueblo.
Hace exactamente 1 año, se pondría en marcha un proceso reformista, NO UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE. Proceso que es mentiroso, deficiente y lastimero, en el cual se pactó no dar el Poder Constituyente Primigenio al pueblo, a quien por derecho le pertenece, sino que se lo dejaron para ellos mismos, para poder así cambiar la constitución paradógicamente, dentro del marco de la constitución actual, por lo que cambiará lo menos posible y la dejarán como ellos quieran, sin modificar un ápice de las bases de este sistema que nos quita la vida.
Para esto, se encargaron de aplicarle trabas al proceso, y prohibir los cambios reales del mismo dentro de un marco legal, la ley 21.200. Dicha ley dicta que el proceso tiene que ir por dentro de la actual constitución, impone las reglas antidemocráticas de elección de constituyentes, prohíbe cambiar la naturaleza del estado y más encima, no permite una «hoja en blanco».
Ningún acuerdo, nacido desde estos personajes nefastos y traidores, será capaz de solucionar las necesidades de las personas. Ningún acuerdo nacido entre 4 paredes y a espaldas del Pueblo, hará lo que el Pueblo realmente necesita: salir adelante y dejar atrás el legado fascista y pinochetista de nuestra historia reciente.
A no engañarse, hoy los mismos de siempre celebrarán el «acuerdo Por la Paz y una nueva constitución», pero cuando los sueldos sigan siendo miserables, la salud y la educación siga siendo privada, el agua siga en manos de los empresarios de siempre, las pensiones sigan siendo paupérrimas, y la dignidad no llegue, comenzará un nuevo «estallido social», y los mismos de siempre dirán «era lo mejor que podíamos hacer», «lo hicimos en la medida de lo posible», y por supuesto, dirán que «no lo vieron venir».