Por Capucha Informativa
Según un estudio realizado por Techo-Chile en conjunto con la Fundación Vivienda (FV), aumentó en un 74% la cantidad de familias que viven en campamentos en Chile, desde octubre de 2019 hasta febrero del presente año, que es el tiempo que se analizó dicha situación.
De acuerdo al informe redactado por las organizaciones, esta alza histórica de personas viviendo en campamentos, se debe a dos factores: la revuelta popular y la pandemia. La medición -también- sostiene que hay un total de 81.643 familias que habitan en 969 campamentos en el país -la cifra más alta desde el año 1996-, de las cuales 25 mil son familias migrantes, correspondientes a un 30 por ciento del total
«A la fecha de levantamiento de los datos, nuestros registros consideran la existencia de 81.643 familias que habitan 969 campamentos a lo largo de Chile. Si consideramos que el Catastro MINVU 2019 reportaba 47.050 familias en 802 campamentos, encontramos un aumento de un 73,52% en la cantidad de familias, y de un 20,32% en el número de asentamientos«, dice el informe de Techo Chile y FV.
La “población de campamentos son un síntoma de un problema más extendido en nuestras ciudades: la falta de acceso a una vivienda adecuada para la población más vulnerable. Como si de un iceberg se tratase, las familias que representan las cifras de este catastro son la expresión visible de la exclusión habitacional”, explicó el director ejecutivo de TECHO-Chile y FV, Sebastián Bowen.
“Pero ‘bajo el agua’ existe un problema invisibilizado, una suerte de campamento oculto que es mayor y que refiere a la exclusión habitacional escondida tras el hacinamiento, el allegamiento, el arriendo abusivo o la precariedad habitacional y que el déficit habitacional refleja con claridad en más de 500 mil familias”, agregó.
“Focalizar, por tanto, el problema únicamente en los campamentos nos puede conducir a premisas erradas a la hora de buscar estrategias de respuesta, ya que la solución no pasa únicamente por terminar con los actuales campamentos, sino evitar que surjan otros, y aquello inevitablemente implica trabajar por el acceso universal a una vivienda digna en Chile”, concluyó Bowen.
Por su parte, el subsecretario de Ministerio de Vivienda y Urbanismo, Guillermo Rolando, precisó que «como cartera lanzamos hace algunas semanas, y lo venimos trabajando desde el segundo semestre del año pasado, un programa que es bastante más robusto desde el Ministerio de Vivienda y Urbanismo que se llama ‘Cien más Cien’, que implica poder cerrar 100 campamentos en un año».
«Y la segunda parte es en cómo trabajar en la habitabilidad transitoria de las familias en campamentos mientras esperan la vivienda definitiva: El acceso al agua potable, temas de salubridad, como también de luminarias transitorias en estos asentamientos precarios, de modo de mejorar los estándares de vida de las familias», añadió la autoridad.
Por último, la crisis habitacional también evidenció las problemáticas que tienen las familias con el acceso a los servicios básicos, ya que solo el 6,7% de esos ciudadanos reciben agua potable, a pesar de ser un derecho humano universal.