El pasado martes, distintas comunidades mapuche de la provincia de Malleco presentaron una carta en la Intendencia de la Araucanía, emplazando a Sebastián Piñera a que aplique lo dispuesto en el Convenio 169 de la OIT -en materia de DDHH y pueblos originarios- a los presos políticos de la cárcel de Angol, quienes atraviesan un crítico estado de salud a más de un mes de iniciada su huelga de hambre.

Son 54 días los que llevan en huelga de hambre Sergio Levinao, Víctor Llanquileo, Juan Queipul, Freddy Marileo, Danilo Nahuelpi, Reinaldo Penchulef, Antu Llanca y Juan Calbucoy. Este último fue trasladado de urgencia al hospital de Angol, durante la tarde de ayer debido a su crítico estado de salud.

Todos ellos exigen al Estado chileno la aplicación de los artículos 7, 8, 9, pero sobre todo el N°10 del Convenio 169 de la OIT. Este último artículo expresa que «cuando se impongan sanciones penales previstas por la legislación general a miembros de dichos pueblos deberán tenerse en cuenta sus características económicas, sociales y culturales. Deberá darse la preferencia a tipos de sanción distintos del encarcelamiento».

El estado de salud de los ocho comuneros mapuche en huelga de hambre es crítico. Así lo confirmó este martes el médico Luis Umaña, tras su segunda visita a los presos de Angol. «El promedio de la baja de peso es de al menos 20 kg, por ejemplo Juan Calbucoy es el más complicado, él pesa 53 kg, lo que evidencia un estado de desnutrición. El resto tienen síntomas más generales, como cefalea, insomnio, dolor abdominal, hormigueos en las extremidades, calambres y decaimiento».

El médico también detalló que los comuneros Sergio Levinao y Fredy Marileo están «en cama, muy decaídos y sin posibilidad de levantarse. Ellos se levantan y se marean, por lo que no pude pesarlos. Levinao ha presentado palpitaciones más aceleradas, de hecho cuando yo lo revise, presentó una arritmia de corta duración debido a las alteraciones en su cuerpo por posible falta de potasio».

Las redes de apoyo denuncian que el deterioro en la salud de los presos es de plena responsabilidad del Estado y de la institución de Gendarmería, debido a todo el tiempo que se negó a permitir el ingreso de redes medicas de apoyo a la cárcel de Angol. Hay que agregar que recién este martes pudo ingresar un médico a revisar a los comuneros, después de la última visita efectiva realizada el 29 de mayo. El 5 de junio pasado el medico Luis Umaña quiso ingresar nuevamente a la cárcel angolina, pero Gendarmería le negó el ingreso aquella vez.

Rodrigo Kuripan, vocero de los presos políticos mapuche enfatizó en la necesidad de que «el gobierno se haga parte de la solución, de cómo salir de la huelga. Desde el punto de vista político, quien tiene la responsabilidad de maniobrar en esta situación es justamente el gobierno, porque es el poder ejecutivo. Consideramos que el gobierno tiene algo que definir en esta situación, porque es éste el que se ha querellado contra los presos políticos mapuche. En cada una de las causas está el Ministerio público y el querellante, que es el gobierno».

A través de la misiva dirigida a Piñera, las comunidades en resistencia de Malleco recalcaron la exigencia de los presos políticos mapuche hoy en huelga, «que consiste en la aplicación del Convenio 169 de la OIT de manera asertiva. Los tribunales nunca han hecho uso del instrumento internacional que ratificó Chile en 2008 Esto ya está en el ordenamiento jurídico nacional. Entonces, no se ha considerado el debido pro169 por parte de los tribunales. Los jueces no lo aplican» explicó el vocero.

Además, hay que destacar que la exigencia de los presos en huelga de hambre de Angol, no solo se refiere a la jurisdicción internacional ignorada hasta ahora por el Estado chileno, sino que también tiene relación con el contexto sanitario actual y el riesgo que significa para estas ocho personas contagiarse de COVID-19, estando en este delicado estado de salud.

Con respecto al contexto sanitario, el médico Luis Umaña hizo hincapié en que «ellos están en un alto riesgo. Si se enferman pudieran evolucionar de forma muy negativa. Están en mucha desventaja, no tienen una condición física basal como para enfrentar una enfermedad que podría ser tan grave en ellos. Hay que considerar que algunos de ellos vienen de otras huelgas de hambre, que sumado a su estado de desnutrición y su inmunodeficiencia, secundaria a la inanición, hacen muy riesgoso cualquier un posible contagio».

Fuente: Resumen

Compartir: