El día de hoy está marcado por la convocatoria a la marcha virtual y cacerolazo nacional por el aborto libre, un llamado desde las organizaciones feministas del país para visibilizar el derecho a decidir. Sumado a lo anterior, se cumplirán tres años desde la entrada en vigencia del aborto en tres causales en Chile. Sin embargo, el desafío sigue siendo grande. En un país marcado por la desigualdad, los derechos sexuales y reproductivos no se quedan atrás: las mujeres abortan en pandemia y sin pandemia, con causales y sin causales, en un contexto donde se incrementan la escasez y dificultades para acceder a los medicamentos que se necesitan para el procedimiento.

Las manifestaciones virtuales por parte de las organizaciones feministas y mujeres a lo largo del territorio, no han pasado desapercibidas a pesar del contexto sanitario. En todos los espacios, las mujeres siguen alzando la voz sin dar un pie atrás, esta vez con el slogan ‘no pagaremos la crisis con nuestros cuerpos ¡Aborto libre legal, seguro y gratuito!’ que dio inicio a la última semana de julio.

En Chile, se cumplen próximamente tres años desde la entrada en vigencia de la ley que permite la Interrupción Voluntario del Embarazo (IVE) en tres causales. Sin embargo, los derechos sexuales y reproductivos también se han sumado a esta crisis, ralentizando el sistema y dificultando a las mujeres que deseen acceder a él. Una de estas dificultades es la falta de stock, esta ha sido la gran alarma que han advertido profesionales integrantes de la Red de Profesionales de Salud por el Derecho a Decidir, la Coordinadora Feminista 8 de Marzo y organizaciones de acompañamiento a mujeres que interrumpen sus embarazos.

Una de las principales razones es el cierre de la atención primaria, que ha generado una intensificación en la crisis de los derechos sexuales y reproductivos. La pandemia ha dejado en segundo plano todo lo que no se considere como urgencias, entre ello, el acceso a anticonceptivos, tratamientos de PAP, tratamiento de VIH.

Estos son algunos ejemplos de los servicios que se han dejado atrás y que siguen siendo una deuda para los que están siendo afectados. A cuatro meses de la crisis sanitaria, aún no existe un protocolo por parte del Minsal que regule las barreras de acceso que se han evidenciado.

En esta misma línea, Corporación Miles, una ONG que vela por los derechos sexuales y reproductivos en Chile, en su segunda encuesta ‘Salud sexual y reproductiva en tiempos de Covid-19’ en la que se consideró una muestra de 500 mujeres aproximadamente. En términos generales, alertó que el 46% de las encuestadas presentó dificultades para acceder a servicios de salud sexual y salud reproductiva.

Específicamente, en el acceso al IVE determinó que un 4,2% de las encuestadas tuvo problemas para acceder a la ley de interrupción del embarazo. De ellas, una parte denunció falta de stock de medicamentos Misopostrol y Mifepristona (60%) otra no fue a recintos hospitalarios por temor a contagiarse (50% ) y un 60% finalmente no pudo resolver sus problemas.

Asimismo, el 74% tuvo problemas para acceder a anticonceptivos, un 46% de ellas no encontró que estuvieran prestando el servicio de entrega, mientras que un 39% no encontró stock.

Respecto al PAP, un 89% no pudo acceder a este servicio de consulta, unos no se lo realizaron por temor a contagio (41%) mientras que la otra mitad se encontró con el servicio no estaba prestándose ( 45%).

«Es una obligación del Estado garantizar el acceso a salud sexual y reproductiva en tiempos de pandemia» señalan desde la corporación, junto con los resultados. Al mismo tiempo, hacen un llamado a todas las personas que se han sentido vulneradas a escribir a la ONG ([email protected]) para buscar medidas que solucionen esta falta de acceso.

A tres años de su puesta en marcha

En Chile, uno de los últimos amarres de la dictadura fue la penalización del aborto, tipificando cualquier interrupción del embarazo como un delito. Bajo el gobierno de Michelle Bachelet en 2015 se propone la ley de despenalización en tres causales, en 2017 y luego de un largo paseo por el Congreso, fue promulgada.

El año pasado, según cifras del Minsal  esta ley de aborto contabiliza desde enero hasta términos del año pasado 512 interrupciones del embarazo: 167 de ellas por riesgo de vida de la madre, 270 por inviabilidad del feto y 75 ante violación.

Por su lado, la Corporación Miles efectuó una contabilización desde su promulgación en septiembre del 2017 hasta fines del 2019. En ellas se encontraron con una suma de 1.080 casos bajo la ley IVE; 175 por causal de violación, 447 por la causal de riesgo de vida de la madre y 462 por inviabilidad fetal.

Este año, las cifras e información no han sido claras y aún no se hace un balance por parte de las autoridades. Sin embargo, la ONG continúa sus acciones por la transparencia de esta importante información para que esté en conocimiento público lo más pronto posible. A su vez, y considerando más allá de las tres causales, aún se desconoce de una cifra oficial de abortos clandestinos que se practican en el país.

Con o sin causales: los abortos no paran

Javiera (22)- apodada para resguardar su identidad-abortó en el mes de mayor peak de la pandemia en Chile. Su caso no entraba en ninguna causal, pero estaba segura de no querer ser madre e interrumpir su embarazo. Llevaba un mes confinada con su pareja «Nos confiamos, nos descuidamos y falló el método anticonceptivo. No pensé que sucedería».

Así comenzó su historia en medio de la pandemia. Ante unos días de atraso decidió hacerse un test, el que le dio positivo. «Sentí una desesperación gigante, sabía que había dificultades para tener el medicamento, lo había escuchado a otras compañeras, pero yo solo pensaba en lograrlo» relata. Con un nudo en la garganta y con desesperación, contactó a las redes seguras que le habían recomendado. Todas respondían lo mismo: no hay pastillas. El terror la invadió.

Navegando con internet dio con una página que aseguraba poder ayudarla. Frente a esto y en un estado de vulnerabilidad e incertidumbre, Javiera decidió asesorarse si eran confiables esas opciones. Llena de miedos, le comentaron que, en ocasiones «venden medicamentos falsos que no surgen efectos y te terminan estafando. O a veces son organizaciones con otras intenciones, que te localizan y luego te extorsionan con revelar tu identidad a cambio de dinero». La salida se hacía cada vez más difícil.

«Todo este ambiente de clandestinidad es lo que también te marca, el miedo a morir en el procedimiento, o de tener que ir a urgencias, sumado al miedo a contagiarte, o de simplemente no encontrar el medicamento. Es como estar a la deriva.»

Si antes era difícil abortar, ahora lo es mucho más. Javiera calculó que se encontraba en su semana cinco, lo recomendable por seguridad, es esperar hasta la semana ocho u nueve para el procedimiento. «Estuve tres semanas devastada; pensando en que tendría un embarazo no deseado, que no había salida». Tras una intensa búsqueda, logró dar con una venta segura de Misopostrol y Mifepristona.

La joven en ese entonces quedó confinada sola, a lo que decidió, cuando se acercaba el momento llamar a una amiga que para que la acompañase.

Desde las organizaciones feministas, relatan también sobre la importancia del acompañamiento consciente y como esto resulta ser crucial en el ámbito psicológico para un aborto en casa termine siendo- dentro de lo pronosticable- más seguro.

«Empecé a sudar frío, mi cuerpo tiritaba y me empalidecí, yo solo pensaba en que no se complicara, rogara que no fuera así. Estaba mi vida en peligro doblemente, al exponerme al virus en un servicio de urgencias y a que el procedimiento no funcionara». Relata que junto con un dolor intenso y un sangrado que comenzó a las ocho horas después, finalmente pudo descansar. Al otro día ya se sentía un poco mejor. Como último paso decidió hacerse un chequeo unas semanas más tarde, confirmando en el que finalmente todo había terminado: «fue de los alivios más grandes de mi vida.»

Un estudio titulado ‘Realidad del Aborto en Chile’ realizado por Corporación Humanas, en 2018 detalla que aproximadamente se podría hablar de la practica de entre 60.000 a 70.000 abortos clandestinos al año. En estos meses, esa cifra podría aumentar, considerando que las denuncias agresiones sexuales, abuso y violación a mujeres en confinamiento aumentan cada día más.

El contexto mundial ha demostrado incrementar las desigualdades y las violencias, siendo la población de mujeres, una de las más golpeadas en diferentes esferas. Así, el Día de Acción por el Aborto que se vive tanto en Chile, como de manera internacional, es una protesta que pone de manera obligada una urgente discusión; la despenalización del aborto ante el derecho de salud sexual y reproductiva para todas las mujeres.

Fuente: Resumen.cl

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