Fueron sus declaraciones las que pusieron al titular de Salud en el centro de los cuestionamientos. Desde el gobierno se vieron obligados a explicar parcialmente el real significado de sus dichos, pese a que declaró abiertamente desconocer el nivel de pobreza y hacinamiento en el país, entre otros complejos episodios que ha enfrentado durante los últimos días.

Ad portas de llegar a las 1.000 víctimas fatales a causa del COVID-19 en Chile, con cerca de cuatro mil casos durante los últimos días, Jaime Mañalich se enfrentó a una compleja semana marcada por la polémica. Tanto a causa de sus cuestionadas declaraciones, como por conflictos internos que tuvo que enfrentar incluso dentro del oficialismo.

Todo comenzó el martes de esta semana, cuando la autoridad sanitaria se refirió a la compleja situación por el coronavirus a nivel país, asegurando que “todos los ejercicios epidemiológicos se han derrumbado como castillo de naipes”.

“Lo que hemos aprendido, duramente en esta pandemia, es que todos los ejercicios epidemiológicos, las fórmulas con las que yo mismo me seduje en el mes de enero, de proyectar, se han derrumbado como castillo de naipes. Y que la realidad, para bien en algunos países, para mal en otros, ha superado cualquier modelo que uno pueda simular”, sostuvo dando paso a una serie de reacciones que cuestionaron seriamente su manejo de la pandemia.

Hay que decirlo con entera franqueza, navegamos en una suerte de oscuridad en la que cada día vale. Cuántos pacientes nuevos, cuántos fallecidos, cuántos se hospitalizaron, cuántos respiradores (…) Tenemos que ser muy obsesivos en enfrentar la realidad como es”, agregó el secretario de Estado.

Y es que la dura semana de Mañalich había comenzado ese mismo martes, tras una dura jornada rodeada de tensiones dentro de La Moneda, causadas por un enfrentamiento con  su análoga en la Secretaría General de Gobierno, Karla Rubilar.

Según fuentes del gobierno citadas por La Tercera, todo comenzó en medio del debate del establecimiento de las cuarentenas en el país como una medida para enfrentar las altas cifras del COVID-19 en Chile. La principal discusión se centró en las decisiones alusivas a su mantención en Antofagasta y a si decretarla o no en Valparaíso.

Mañalich y el equipo de Salud postularon que debía levantarse en la ciudad del norte y no establecerla en Valparaíso, argumentando que los números y datos epidemiológicos respaldaban su moción.

Por su parte, Rubilar argumentó que las cifras que exhibía su colega correspondían a datos antiguos, los que se siguen incrementando, por lo que el nivel de colapso del sistema de salud sería mayor a la realidad bajo la que se estaba analizando el escenario local de la pandemia ese día. Además, sostuvo que Valparaíso es una zona clave porque recibe a muchos pacientes y que, considerando que la Región Metropolitana ya se encuentra al límite, habría que optar por prevenir mayores contagios en la ciudad puerto.

El enfrentamiento culminó al día siguiente, cuando Sebastián Piñera optó por la recomendación del titular de Salud, pese a la inasistencia de Rubilar en su momento.

Así llegó el jueves, día en que Mañalich participó de una extensa conversación en el matinal de Mega, donde admitió desconocer la precaria situación en la que viven muchos chilenos. En la ocasión, la autoridad además dijo que los adultos mayores de 70 años  tienen un 75% de posibilidades de morir en las Unidades de Cuidados Intensivos de nuestro país.

En esta línea, la autoridad sanitaria habló de lo difícil que resulta sostener una cuarentena en condiciones de hacinamiento. “¿Cuál es la contagiosidad? Mira, en un sector de Santiago era ésta, en otro sector de Santiago, que es nuestro drama de la cuarentena en este momento, donde hay un nivel de pobreza y hacinamiento, perdón que lo diga con esta (…) del cual yo no tenía conciencia de la magnitud que tenía, esa es la verdad”, transparentó.

“Uno visita lugares, pero cuando uno entra ahora, después de no haber ido dos años a un lugar en cualquier comuna y dice, ‘aquí vivían 10 personas en esta casa y ahora están viviendo 100… No tengo estadísticas sociales, pero quiero decir que se hace muy difícil y la tasa de contagiosidad, aumenta”, dijo mientras a su alrededor las reacciones y cuestionamientos a sus palabras se multiplicaban, generando incluso cuestionamientos al interior del oficialismo, donde no fueron pocos los que se sorprendieron al escucharlo.

Fue Karla Rubilar, de hecho, quien horas más tarde salió a refutar a su colega, asegurando que el Ejecutivo tiene plena conciencia de la realidad social del país.

Al día siguiente, la agitada semana de la autoridad sanitaria concluyó con un publicitada funa en el aeropuerto, hasta donde llegó a recibir 65 nuevos ventiladores mecánicos para enfrentar la crisis sanitaria generada por la pandemia. En la oportunidad, los trabajadores del terminal aéreo denunciaron públicamente la falta de medidas de seguridad y responsabilizaron al gobierno por la alta cifra de contagiados con coronavirus, increpando al ministro.

“No da ninguna solución y la gente se sigue muriendo. Nosotros no tenemos ninguna medida de seguridad. Protestamos por lo mal que lo está haciendo, por toda la gente que muere al día por culpa del gobierno. No tenemos ninguna seguridad trabajando aquí”, aseguraron algunos funcionarios del aeropuerto, según informó ADN.

Finalmente, Mañalich tuvo que retirarse del recinto, en medio de gritos e insultos.

Con todos estos antecedentes, la autoridad sanitaria aguarda jornadas que se visualizan bastante complejas en medio del brutal impacto de la pandemia y la solicitud de varios sectores políticos, principalmente de oposición, para que dimita a su cargo y lo ponga en manos de alguien que lidere la crisis sanitaria de mejor manera.

Uno de ellos fue el diputado Wlado Mirosevic, quien a través de Twitter pidió la salida del ministro. “Por el bien del país, que se encuentra en su hora más oscura (…) Hoy es momento de poner a la mejor persona, en un segundo tiempo, a la cabeza de combatir la pandemia”.

Fuente: El Desconcierto

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