Era una mañana calurosa en Donetsk. El sol empezó a calentar desde primera hora. El calor se notaba especialmente en el transporte público. Esos son los momentos en los que comprendes que vives en el sur. Hace un año, en esta época del año, me encontraba en San Petersburgo, donde incluso me puse una chaqueta en alguna ocasión.

La víspera, la previsión meteorológica pronosticaba rayos y truenos, pero nada de eso se hizo realidad. La semana pasada, la lluvia y los truenos crearon coloridas líneas en el cielo oscuro y se esperaba que el 24 de junio también fuera lluvioso. En lugar de eso, el cielo azul y el calor cubrían la avenida Artyom del centro de Donetsk. A las ocho de la mañana comenzó a congregarse la población en la plaza de Lenin. Algunos incluso venían acompañados de sus paraguas. No les salvó de la Lluvia, pero sí de los rayos del sol.

Este año ha habido menos niños vestidos de uniformes soviéticos, pero algunos han seguido la tradición de vestir a sus hijos con el uniforme. Se podía ver a personas con carteles en entre la multitud. Algunos de ellos portaban las imágenes de sus familiares que lucharon en la guerra. Otros esperaban que se pudiera seguir el desfile del equipamiento militar con el regimiento inmortal a través del centro de la ciudad, pero este año el desfile y la acción del regimiento inmortal han ido por separado.
El desfile pospuesto

El sonido de los aplausos y los gritos de agradecimiento solo podía significar una cosa: veteranos. Personas muy mayores con medallas en su pecho subían, acompañadas por voluntarios, a la tribuna de honor. Personalmente, no creía que este año fuera a haber personas tan mayores en las celebraciones pospuestas. El coronavirus aún no ha desaparecido, así que el riesgo para la salud persiste. Aun así, los veteranos se sentaron en la primeras filas junto a las autoridades de la República. Antes del inicio del desfile, el líder de la RPD, Denis Pushilin, presentó a los veteranos de la Gran Guerra Patria con medallas por el 75º aniversario de la victoria. El acto se celebró en la tribuna.

Después, como manda la tradición, el líder de la República pronunció un discurso seguido de un minuto de silencio por todos aquellos que murieron en la guerra. El coche del general Denis Sinekov, jefe de personal de la milicia popular de la RPD, pasó frente a las tropas. Felicitó a los asistentes al desfile por el 75º aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria. Comenzó el desfile del personal militar vestidos con los uniformes del Ejército Rojo y de la marina de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, esa fue la principal diferencia con los desfiles de otros años. Por lo demás, todo fue como en otras ocasiones.

Desfilaron un total de 2500 participantes. En este número se incluye, no solo al personal militar sino también a los cadetes de Donbass, personal de rescate del Ministerio de Emergencias, agentes del orden y otros. Más de cien piezas de equipamiento siguieron a la marcha. Entre ellos estaban los conocidos T-34, Katyusha, otros tanques, blindados, lanzacohetes Grad, etc. Como es tradición, la población lanzó flores al equipamiento militar y agradeció a los soldados por defender su tierra.

La característica más distintiva del desfile de la victoria de 2020 ha sido la fecha. El coronavirus ha obligado a posponer las celebraciones. El 9 de mayo, la población se acercó a dejar flores en los memoriales, pero faltaba algo. La nueva fecha no carecía de simbolismo: el desfile en honor al 75º aniversario de la Victoria se ha celebrado el mismo día en el que los soldados soviéticos regresaron del frente y, por primera vez, desfilaron por la Plaza Roja en una solemne marcha para celebrar la victoria contra el Nazismo.
Noticias de Telegram

En el abarrotado minibús tras el desfile, leí las noticias en Telegram. Varios medios informaban sobre el desfile en la Plaza Roja. En algún lugar de la lejana Moscú, el presidente ruso Vladimir Putin conversó con el veterano de la Gran Guerra Patria Alexey Kuzhily, llegado desde la República Popular de Donetsk a la capital rusa para participar en las celebraciones. El veterano participó en la defensa de Rostov, luchó en el Cáucaso y ayudó a liberar el oeste de Ucrania. Participó en el histórico Desfile de la Victoria en la Plaza Roja el 24 de junio de 1945.

Pero hay una paradoja. Mientras se celebraban desfiles de la victoria en Donetsk y Lugansk simultáneamente al de Moscú, Ucrania recibía misiles antitanque Javelin por valor de 27 millones de dólares de sus patrones americanos. Es un recordatorio más para la población de quién es el provocador y quién causa la escalada del conflicto armado en Donbass. Sería comprensible que Washington enviara ayuda contra el coronavirus, ya que en Ucrania hay una segunda ola de contagios, incluido entre el personal militar. Pero ellos envían armas letales. Y si Estados Unidos realmente quisiera ayudar a las tropas de Kiev en la guerra, sería comprensible que los políticos de Kiev estuvieran tan contentos con la “ayuda”, pero, en realidad, no están ayudando a Ucrania sino al complejo militar industrial de Estados Unidos, que vende a Ucrania material desfasado.

Mientras los halcones no dejen de beneficiarse de las guerras que han causado, las guerras continuarán. Porque son lucrativas. Ni siquiera hay nada político en ello. Son negocios, no es personal. Es un pecado no ganarse un activo en forma de todo un Estado.

Vida con esperanza

Al Volver a casa, recordé el paseo por el bulevar Shevchenko. Bajo nuestros pies estaban las calientes marcas de los vehículos militares. Los tanques y cañones habían desaparecido. El desfile había acabado. Todos podían relajarse, especialmente quienes habían participado en el desfile, que llevaban preparándose durante casi seis meses. Y ya había acabado. Se podía dar rienda suelta a las emociones. Los ciudadanos se fotografiaban con los cadetes vestidos con uniformes soviéticos, los jóvenes se llevaban todo el protagonismo y no podían evitar disfrutar del momento. Los oficiales del futuro sonrían junto a las chicas para las fotos.

En esos momentos se puede ver que el desfile de la victoria tiene un significado especial para la población de al RPD que va más allá de homenajear a sus antepasados. En 2015, no fue solo el desfile de equipamiento militar y la primera celebración en Donetsk: fue la celebración de la victoria sobre las tropas ucranianas en Debaltsevo y Uglegorsk. Nadie lo dijo en voz alta, pero todos comprendían que Donbass no solo celebraba el final de la Gran Guerra Patria, sino el final de la fase caliente del actual conflicto.

Por desgracia, no fue la celebración de la victoria final en la guerra, pero entonces la población vivía con la esperanza de que ocurriría. Desde entonces han pasado cinco años. La RPD y la RPL aún esperan el día en que ese desfile se produzca, porque significará la victoria en una nueva guerra.

Fuente: Resumen Latinoamericano

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