Tras el fracaso del gobierno en la llamada «batalla de Santiago», que le costó el cargo a Jaime Mañalich, se siguen viendo cada mañana aglomeraciones en los carros metro que podrían generar nuevos brotes del virus. Los más perjudicados con este descontrol han sido los empleados subcontratados, que a principios de abril ni siquiera contaban con mascarillas o alcohol gel. Desde la Federación de Trabajadores denuncian un aumento explosivo de enfermos por Coronavirus y precarización laboral en gran parte de las 77 empresas subcontratadas, que además se acogieron al pacto de suspensión laboral para justificar despidos. Cajeras, personal de aseo y de seguridad del andén arriesgan sus vidas todos los días con su labor en la red subterránea.
El último reporte del sindicato de trabajadores de Metro, del día miércoles 24 de junio, arrojó 398 contagiados por Covid-19, de los cuales 172 son trabajadores de planta y 252 son contratistas; los recuperados suman 176. El mismo informe reconoce dos personas fallecidas por Coronavirus: un inmigrante que trabajaba en la ampliación de la intermodal Vespucio Norte y un trabajador con más de 40 años en la empresa que supuestamente contagió en su hogar.
Una semana antes el reporte del 17 de junio contabilizó 152 empleados de planta contagiados y 222 de subcontrato, con un total de 374 personas contagiadas. En solo siete días Metro sumó 24 nuevos contagiados.
En abril el sindicato ya había encendido las alarmas respecto de que no había elementos de seguridad para los trabajadores subcontratados. Mientras los empleados de planta tenían a su disposición alcohol gel y mascarillas, no ocurría lo mismo con los subcontratados. En Metro actualmente hay 77 empresas de subcontrato, que emplean entre 7.500 y 8 mil trabajadores.
-Ese número varía por la alta rotación, sumado a que ha caído el subcontrato, porque muchas de esas empresas, en medio de la pandemia, han despedido gente o se acogieron al pacto de suspensión laboral- explica Eric Campos, presidente del Sindicato de Profesionales y Técnicos de Metro.
Los trabajadores subcontratados se encuentran principalmente en los llamados ‘Puestos visibles’, son cajeros, guardias, personal de aseo, asistencia al cliente o de servicio en hora punta en el andén. En medio de las aglomeraciones evitan que la gente no cruce la línea amarilla, en hora baja «suben» y hacen labores de guardia y de atención al cliente.
– En el personal del aseo hay mujeres mayores, gente jubilada trabajando. Lo más terrible es que en una empresa pública siete de cada diez trabajadores sean subcontratados y estén ganado sueldos de hambre con el tema de la pactos de suspensión laboral-, explica Campos.
Para el dirigente la precarización es preocupante. Hay trabajadores que han pasado de ganar 350 a 150 mil pesos.
La Federación de Metro, donde están afiliados algunos sindicatos de cajeras, va a gastar 35 millones de pesos para comprar mil cajas de mercadería y así ayudar a estos trabajadores que lo están pasando muy mal. Desde el comienzo hemos criticado la ausencia de Louis de Grange (actual presidente de Metro) quien solo apareció para mejorar los trabajos en la apertura de Metro Baquedano y otras estaciones, pero no ha estado presente en ninguna reunión donde tratamos los temas sobre pandemia. Nosotros establecimos una mesa de trabajo con la administración, donde hemos ido resolviendo cosas. Le pedimos a la empresa a fines de abril y principios de mayo que cerrara parcialmente o disminuyera la operación, cuestión que ha hecho, pero no al mínimo como lo hemos solicitado, porque eso nos permitiría liberar trabajadores – concluye.
César Segura, otro de los dirigentes, confirma que ha sido complicado trabajar durante la pandemia, puesto que la circulación permanente de gente por las estaciones vuelve la relación con los usuarios más estrecha y el riesgo de contagio es inminente.
-Los trabajadores estamos asustados, porque somos el eje estructural, somos la primera línea del transporte público- dice.
Segura coincide en que la situación más difícil durante la pandemia está en los trabajadores subcontratados de Metro, pues al tener otro empleador han existido muchas falencias, especialmente en las precarias medidas de protección y en sus sueldos, que han sido reducidos debido a que algunas empresas de subcontrato se acogieron a la Ley de Protección del Empleo.
La segunda gran preocupación para el sindicato son los vagones repletos de gente, sin distancia física en plena cuarentena.
-Algo que nos llamó la atención, fue la situación registrada a principios de mayo cuando vimos un aumento en el flujo de usuarios en los trenes, como si la gente le hubiese perdido el miedo al virus-, relata Segura.
Este aumento en el uso del Metro tendría directa relación con la estrategia de “nueva normalidad” aplicada por el gobierno, durante los meses de abril y mayo pasado.
Sueldos de hambre
Todos los fines de semana Mónica Echagüe se dirige a su lugar de trabajo, ubicado en la estación Plaza de Armas de la Línea 5 del metro. Es cajera subcontratada desde hace 11 años y presidenta de del Sindicato ECM Cajeros de Metro. Conoce muy bien el teje y maneje de la boletería: vender tarjetas bip, cargarlas con sumas de dinero, asistir a los usuarios en sus consultas. Desde el inicio de la pandemia en el país, la preocupación por no contagiarse fue impactando su salud mental y la de sus compañeras.
Para Echagüe, el vidrio que separa a las cajeras de los usuarios, no la resguarda de la propagación del virus. Existen otras posibilidades de contagiarse a través de la manipulación del dinero o tocarse la cara durante el turno, así que siempre debe estar alerta. En el mismo cubículo donde trabaja puede iniciarse un brote, debido a la estrecha distancia que la separa de las otras trabajadoras.
-Al principio fue muy complicado, porque no nos tenían con guantes ni ningún implemento de seguridad, incluso ganamos una denuncia en la Inspección del Trabajo. Recién desde mayo nos dieron alcohol gel, guantes, mascarilla y antiparras. Marzo y abril estuvimos sin nada-, explica al otro lado de la línea.
De regreso a su casa se sube a un bus del Transantiago, que siempre va repleto.
Según la dirigenta, durante la crisis sanitaria ya son las 11 cajeras que han estado contagiadas de Covid-19, cuatro de ellas están recuperadas, y 10 cumplen cuarentena preventiva en sus domicilios. Otra arista que la inquieta: la precarización laboral.
– En el Metro de Santiago trabajan aproximadamente 400 cajeros en las boleterías, de los cuales entre 190 y 200, están suspendidos debido a que sus empresas se acogieron a la Ley de Protección del Empleo, mientras que otros 22 se encuentran sin goce de sueldo, en su mayoría jubilados, quienes tratan de sobrevivir a través de sus pensiones. Les dijeron que si no se acogían a la suspensión, se iban a tomar medidas, y cuáles son esas medidas, obviamente despidos. Se aceptó porque todos queremos seguir trabajando-, confiesa Echagüe.
También dice que hubo problemas en los sueldos de los cajeros part-time ya que, debido a que el metro cerró sus puertas con anticipación, quienes anteriormente ganaban 90 mil pesos por turno, hoy ganan entre 30 y 50 mil pesos por la eliminación de horas en cada jornada laboral.
A mediados de mayo, la dirigenta también comenzó a sentir síntomas asociados al virus, como pérdida de olfato y gusto, mientras que a su compañera de trabajo -con la que mantuvo contacto estrecho-, le confirmaron que había dado positivo por Covid-19. Su empleador, la empresa ECM, la derivó a la Asociación Chilena de Seguridad para confirmar el diagnóstico. Los exámenes resultaron erróneos y debieron repetirlos tres veces más.
– Durante 14 días me sentí mal, y hasta el día de hoy no he recuperado mi olfato-, relata. La mayoría de los cajeros contagiados serían de la Línea 2.
-Para la empresa, los trabajadores se contagian en sus casas y no en el trabajo ¿Pero cómo saben ellos eso? Tratan de bajar el perfil sobre la situación -, concluye.
Otros empleados consultados confirman que entre las empresas contratitas que presentan problemas y un mayor número de despidos están Valsegur, Eulen, Maclean, Valoriza, GSI y EME.
Fuente: La Voz de los que Sobran