Con cerca de 40.000 casos y 394 muertos en todo el país y una ocupación hospitalaria del 90 % en la capital, el Gran Santiago inicia el confinamiento para tratar de «aplanar» la curva de contagios. En la prensa extranjera han puesto atención al fenómeno y tratan de explicar cómo ha pasado Chile de promocionar una “peculiar estrategia basada en aislar a barrios muy concretos a plegarse a un confinamiento total”. En sus análisis, recuerdan cómo hasta hace algunas semanas el Gobierno cantaba victoria, revisan los “tristes recórds de Chile» y dejan en el tintero la gran interrogante que hay en este momento en el país: “¿En qué fallamos?”.

“Llevaban más de dos meses evitándolo, pero al Gobierno de Chile no le ha quedado otro remedio: cerca de 8 millones de personas comienzan este sábado una estricta cuarentena en el área metropolitana de Santiago dado el explosivo avance de la pandemia en los últimos días”.

Así parte una nota de la agencia EFE dando cuenta del confinamiento total que la administración Sebastián Piñera se vio obligado a decretar para hacer frente a la pandemia, después de varias semanas de cuarentenas «dinámicas y progresivas».

Otra agencia, France Presse (AFP), da cuenta de cómo cambió el panorama en el país, destacando que “Santiago entrará este viernes en cuarentena total sorprendida por la velocidad que alcanzó esta semana la pandemia de coronavirus, que superó las proyecciones oficiales, provocó un salto de 60% en la cantidad de nuevos infectados y dobló la cantidad de muertes en 48 horas”.

AFP pone foco en los «tristes récords de Chile«, que fue uno de los primeros países de América Latina en decretar -el 7 de febrero- una alerta sanitaria debido a la COVID-19, y que hasta la semana pasada registraba entre 350 y 500 nuevos contagios por día.

Sin embargo, recalca que “el sábado empezó a dar balances que rondaban los 1.000 hasta dispararse el miércoles, cuando los nuevos casos subieron un 60% y llegaron a 2.660 infecciones. Los muertos pasaron de 11 a 22 el jueves y a 26 este viernes”.

El cambio fue brusco. “Hasta el 30 de abril este país mostró cifras alentadoras, pero los expertos advirtieron que todavía era muy prematuro para cantar victoria, sobre todo considerando que los contagios habían empezado a expandirse en los sectores más pobres y poblados de Santiago, una ciudad que en invierno (especialmente en junio y julio) suele colapsar su red sanitaria pública por enfermedades respiratorias”.

Adiós triunfalismo

En este contexto, EFE se hace la siguiente pregunta: ¿cómo ha pasado Chile de promocionar una peculiar estrategia basada en aislar a barrios muy concretos a plegarse a un confinamiento total?

Al relatar cómo ha sido la estrategia del Gobierno de Piñera, sostiene que “confiados en los buenos datos y temerosos de la sangría económica, el Gobierno aseguró a finales de abril en un tono triunfalista que el pico ya había pasado, que la pandemia se había estabilizado en una «meseta» de 400 y 500 contagios diarios y que no se habían cumplido los malos augurios sobre miles de casos para esas fechas, cuando inicia el otoño austral”.

Incluso, la agencia española recuerda que Piñera empezó a hablar de la necesidad de un «retorno seguro» y de una «nueva normalidad» e incluso alentó la apertura de centros comerciales y la vuelta al trabajo de los funcionarios.

“Lo que no sabía Piñera es que apenas unos días después se vería obligado a dar un abrupto giro de guión, pues la pandemia se empezó a descontrolar”, añade, pasando en cuestión de días a hablar de “la batalla por Santiago”.

“Muchos expertos señalan que Piñera se precipitó o no calibró la envergadura de la pandemia”, concluye la agencia.

El cambio de escenario ha dado paso a la gran interrogante que hay en este momento en el país: “¿En qué fallamos?”, recalcan en AFP.

“En las calles, entre las autoridades y en voz de opositores al Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, se señalan entre unos y otros, y también hacen mea culpas”, señalan.

El análisis obviamente está mezclado “con la crisis de confianza en las instituciones y en la política define el presente de sociedades en varias partes del mundo”, pero que Chile es más agudo aún pues se trata de un país que “viene de una explosión social sin precedentes en sus 30 años de democracia, cuando en octubre se gestó un reclamo popular en favor de más de igualdad social y un Estado más presente”.

Fuente: El Mostrador

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