«No nos quieren atender aquí para enterrar a mi familiar, ahora no hay dónde dejar el muerto, lamentablemente ahora está en mi casa, no sé qué voy a hacer, ya son tres días», contó este miércoles a Efe uno de los afectados, que prefirió no dar su nombre.

Enterrar a los muertos en tiempos de COVID-19 se ha vuelto un drama en una región boliviana, donde ante la alta demanda de nichos y cremaciones los familiares deben esperar por días con los cuerpos de los difuntos en sus hogares, con miedo a represalias de sus vecinos.

Darles un entierro digno a los muertos se ha vuelto una peregrinación, con familiares que se acercan todos los días hasta la puerta del Cementerio General de Cochabamba, una de las principales ciudades de Bolivia, esperando una respuesta para llevar el cuerpo de su difunto.

«No nos quieren atender aquí para enterrar a mi familiar, ahora no hay dónde dejar el muerto, lamentablemente ahora está en mi casa, no sé qué voy a hacer, ya son tres días», contó este miércoles a Efe uno de los afectados, que prefirió no dar su nombre.

Su cuñado falleció el domingo pasado en un hospital en esa ciudad, de algo más de 600.000 habitantes, el acta de defunción señala que las causa de su muerte está «en estudio», lo que le ha causado más trabas para poder enterrarlo y que tenga que convivir con el cadáver en su propia casa.

A esta situación se añade el temor que tienen los vecinos a que el difunto los «contamine» y que reaccionen de manera violenta con la familia.

«Anoche han venido los vecinos y han querido sacar el cajón y botarlo afuera de mi casa, porque me dijeron que es una contaminación, han venido con palos, he tenido que rogar para que lo entierren ahora, pero no hay solución», contó.

Ante su desesperación, el hombre pidió a las autoridades que puedan dar una solución inmediata a las familias que están pasando por esta situación.

«Mi temor es llegar a la casa, no sé qué vamos a hacer», lamentó.

Familiares y funerarias piden soluciones

Un caso similar vive otra mujer, que prefiere no ser identificada, que también busca darle sepultura a un familiar y ante la falta de respuesta amenaza con dejar al muerto en la puerta de casa de un concejal o en la plaza frente a la Alcaldía.

«Hacer retornar el cuerpo al barrio va a ser para que la gente misma venga en contra de nosotros, incluso estamos con miedo que nos apedreen, porque la gente no quiere, ahora qué voy a hacer», dijo a Efe la mujer.

Rayi Mitre, una de las representantes de las funerarias en esa ciudad, indicó a Efe que esta misma situación se repite en al menos 40 hogares que esperan un espacio en el cementerio.

«Tenemos fallecidos desde el 25 de junio que no tenemos dónde enterrarlos, los cementerios que tienen tierra no nos aceptan, qué vamos a hacer», cuestionó.

Mitre sostuvo que es necesario que las autoridades den una solución inmediata y que habiliten más espacios para los entierros o dar paso a un cementerio exclusivamente para positivos de COVID-19, para evitar esta dramática situación.

El martes las funerarias salieron a protestar con sus coches fúnebres al centro de la ciudad, para pedir que la Alcaldía dé más espacios para entierros y que se habilite otro horno crematorio.

Esta semana, los trabajadores del Cementerio General se declararon en emergencia y pidieron que les hagan pruebas rápidas de coronavirus, ante la muerte de uno de sus compañeros.

A esta situación se le añade el colapso de hospitales que carecen de los insumos, personal y equipamiento necesarios, una situación que se repite en varias regiones del país.

Actualmente son 1.123 fallecimientos y 33.219 casos de coronavirus en el país, con Cochabamba entre las regiones más afectadas.

Fuente: El Mostrador

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