TESTIMONIO │El 14 de noviembre del 2020, el gobierno golpista de Manuel Merino, asesinó a los jóvenes Inti Sotelo Camargo y Jack Pintado Sánchez, en medio de las protestas iniciadas el 9 de noviembre a nivel nacional contra el Golpe de Estado por parte del Congreso de La Republica del Perú tras declarar la vacancia presidencial por incapacidad moral al ex presidente Vizcarra, ese mismo día.

El pueblo se levantó en derecho de Insurgencia, salimos a las calles a protestar rechazando la dictadura, en todas las provincias del país se escuchaban los gritos “MERINO NO ES MI PRESIDENTE”. Se registraron las marchas nacionales más grandes de la historia del Perú, les manifestantes llegábamos a las plazas con banderolas, pancartas, cacerolas, música y arte en organización comunitaria y diversidad identitaria, como artista no binarie pude ver y ser parte de la fuerza de nuestra comunidad LGBTIQ+, se marchó dentro y fuera del territorio, se sumaron organizaciones de peruanes en el sur global, norte América, Europa y Asia. Las redes sociales hicieron tendencia el Hashtag #MERINONOESMIPRESIDENTE #MERINONOMEREPRESENTA.

Pero el gobierno impuso la brutalidad policial como herramienta de represión, violando los derechos humanos de les manifestantes, nos lanzaron bombas directas al cuerpo, desde helicópteros, nos persiguieron acorralándonos con gases lacrimógenos, disparos con perdigones y armamento, recuerdo las tanquetas del ejercito llegar como si estuviéramos en una guerra civil, se registraron asesinatos, intentos de homicidios, secuestros, violencia política sexual, persecución policial hasta este año, fueron numerosos los casos de herides por gravedad, algunes han perdido la vista y otras funciones corporales. Fue un trauma colectivo que aun necesitamos sanar.

En medio de estas manifestaciones, la noche del 14 en las calles de la capital, a solo unas cuadras del congreso, la policía asesinó a Jack Brian Pintado Sánchez y Jordan Inti Sotelo Camargo, 2 jóvenes que al igual que nosotres estaban ejerciendo su derecho a la protesta. Merino los asesinó, el Congreso golpista los asesinó y como aún están en el poder, no hay justicia hasta hoy.

Tras la muerte, levantamos altares en la ciudad, el pueblo levanto altares en las provincias y en ciudades extranjeras, tomamos luto colectivo y las marchas nacionales continuaron cada vez con más fuerza, debido a la presión popular, el 15 de noviembre Manuel Merino renuncia a la Presidencia de La República. Pero la salida de Merino solo fue un paño frio para la fiebre de crisis social de nuestro país. Exigimos justicia para nuestros muertos!

Han pasado 3 meses, pero no ha pasado la crisis, continuaron otras protestas debido a las grandes brechas socioeconómicas del sistema capitalista que depreda nuestros recursos, devora a nuestra gente y somete ideológicamente con una falsa ilusión de progreso. En esta pandemia los ricos ganaron billones de dólares mientras los pobres perdieron la misma cantidad. Merino no es el problema, el congreso no es el problema, ES EL SISTEMA LO QUE DEBE CAMBIAR y la organización comunitaria es la base para el cambio. Si nosotres tenemos el poder de elegir a nuestros gobernantes entonces también tenemos el poder de derrocarlos, si las leyes si hicieron para el pueblo entonces es el pueblo quien las puede cambiar. Nosotres tenemos el poder de dirigir nuestras vidas y la sociedad, organicémonos para ello!

Fuente: @nadia_rondon

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